B”H

11 de Menajem Av, 1973
Brooklyn, New York

¡Saludos y bendición!
Recibí su carta (sin fecha), en la cual escribe que no puede definirse a si mismo como judío, a pesar de haber nacido de una madre judía, y termina con tres preguntas:

1) ¿Cómo puede una persona ser considerada como relacionada a la religión, cuando dice que no cree en la existencia de Di-s?

2) En el judaísmo falta, según su punto de vista, el elemento del libre albedrío, dado que un niño nacido de madre judía es automáticamente judío.

3) ¿Cómo se puede uno liberar del judaísmo?

Y pide una respuesta rápida.

La respuesta a las tres preguntas es una sola, y a modo de introducción:

La religión judía no se parece a las otras religiones en un asunto fundamental: que no está basada solamente en el pensamiento y la palabra, sino en la acción concreta, y abarca toda la vida del judío desde el primer momento de su nacimiento (o conversión del no judío, una conversión según la halajá – ley judía) hasta el último momento de su vida en este mundo.

Y el fundamento y la razón de esto es porque la religión judía no es algo agregado a la esencia del hombre, sino que esa misma es la esencia del hombre.

De acuerdo a lo mencionado se comprenderá la respuesta a todas sus preguntas.

Quien nació ser humano, o animal, o planta, no puede cambiar esto, y no va a ayudar una declaración de su parte que no es un ser humano, o que no es un animal o una planta, aún si agrega y declara que niega su propia existencia o la existencia de la especie humana, etc. Se sobreentiende que no tiene sentido en esto el libre albedrío, porque el libre albedrío le fue dado al ser humano al respecto de su comportamiento en acción, palabra y pensamiento, pero no para cambiar su propia esencia.

Otro punto para agregar a lo mencionado: a pesar de que fue dado el libre albedrío al ser humano al respecto de su comportamiento y camino en la vida, como fue mencionado, dado que su esencia es de una forma fija y absoluta, se entiende simplemente que cuanto más se esfuerce para adecuar su comportamiento a su esencia, así crecerá la paz en su alma y dicha en la vida y tranquilidad espiritual, de lo cual depende también la tranquilidad del cuerpo. Sólo que el creador del hombre quiso que éste tenga libre albedrío en este aspecto (como mencionado, al respecto del comportamiento) para que saque sus capacidades y posibilidades de la potencialidad a la realidad, para mostrar que no se equivocó al respecto de su esencia, que no es impresionado por las dificultades y pruebas que a veces encuentra en su camino y también que el objetivo mismo de ellas es mostrar que es un hombre sabio y entendedor. Y más, y también fundamental, que no se avergüenza de los que se mofan de él.

Se entiende que sé que hay quienes discuten todo lo mencionado, pero la intención de mi carta no es la discusión. Pero, por el otro lado, mi obligación y también mi mérito es decir la verdad de acuerdo a como yo la veo sin ninguna duda.

Que sea la voluntad [de Di-s] que use su tiempo y capacidades y todas sus posibilidades para adecuar su comportamiento cotidiano a su alma, que es, como la conocida frase, “una porción de Di-s en lo alto, literalmente”. Y ya dijeron nuestros sabios, de bendita memoria, no hay cosa que se oponga a la voluntad.

Con bendición para buenas noticias en todo lo mencionado.

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