En la vida, casi nunca demandamos el 100% de garantía.
Confiamos en que el dentista es dentista, el taxista es taxista, y así sucesivamente. Y ponemos nuestras vidas en sus manos bajo una evidencia endeble, tácita.
Sin embargo, cuando se trata de un simple acto de bien, ¡la gente demanda el 100% de prueba de que eso es lo que Di-s realmente quiere que hagan!