En la sección de esta semana, llamada Pinjas (el nombre de un nieto de Aharón) se tocan varios temas que, aparentemente, no tienen aplicación práctica hoy en día. Algunos, como ser los sacrificios diarios y especiales que se ofrendaban en el Templo, no se aplican hoy porque no tenemos Templo. De hecho, durante este período del año (entre los ayunos del 17 de Tamuz y el 9 de Av) se acostumbra a estudiar asuntos relacionados al Templo, a modo de reconstrucción del mismo. Nuestros sabios dicen que cada generación que no construye el Templo, es como si lo hubiera destruido. En este espíritu, es apropiada la sección de los sacrificios de esta parashá (De hecho, en contenido de cada parashá está relacionada con el momento del año en que se lee).

Otras partes de esta sección no se aplican hoy en día simplemente porque fueron eventos que ocurrieron mientras el pueblo judío estaba en el desierto y, terminada esa etapa de la historia (o a lo sumo unos años después, luego de la conquista y ocupación de la Tierra de Israel), no tienen más aplicación.

Sin embargo, es sabido que todo lo que la Torá registra tiene una enseñanza práctica en todos los momentos y lugares. Uno de los temas de esta parashá es el traspaso del liderazgo del pueblo judío desde Moshe hacia Ioshúa (ver Bamidbar 27:12-23). En resumen, Moshe acepta que no va a entrar en la Tierra de Israel y le pide a Di-s que designe un líder que guíe al pueblo a su destino. En principio, Moshe deseaba que uno de sus hijos sea el heredero del liderazgo, sin embargo, los planes Divinos eran diferentes: Ioshúa bin Nun, el fiel sirviente de Moshe, sería el sucesor. Entonces Moshe nombra a Ioshúa frente a toda la gente de manera tal que lo respeten y sigan tal y cual lo respetaron y siguieron a él.

El liderazgo en general es una cualidad muy especial. De hecho, en muchas empresas se contratan para los puestos gerenciales personas que tienen más liderazgo que conocimiento de la materia específica a la que se dedica la empresa: el conocimiento es fácil de adquirir, el liderazgo no.

Hoy en día vemos en la sociedad diferentes expresiones de liderazgo, desde lo político hasta lo espiritual, pero falta una característica fundamental: el saber pasar el liderazgo.

Moshe, aún en vida, lo apuntaló a Ioshúa para que sea líder. Moshe supo entender hasta dónde llegaba su mandato, por así decir, y dónde comenzaba el próximo. Los líderes de hoy en día buscan, en muchos casos, perpetuarse en el poder, desvirtuando sus propios valores y principios para lograrlo.

Otra cualidad que aprendemos del evento de esta semana es que el líder debe pensar siempre en el beneficio del rebaño, por así decir. La Torá nos dice (Bamidbar 27:18) que Ioshúa tenía la capacidad de comprender a cada individuo del pueblo judío, de manera de poder guiarlo apropiadamente. Este tipo de liderazgo lo encontramos también en el Rebe de Lubavitch, y debe ser una fuente de inspiración para cada uno: el líder debe guiar de acuerdo a las necesidades objetivas del guiado, y no de acuerdo a sus planes e intereses subjetivos. Lo mismo se aplica a los padres, que deben (¡al menos intentar!) comprender a cada uno de sus hijos, su problemática, su necesidad particular, y guiarlo a buen puerto.

Que pronto veamos la reconstrucción del Templo en Ierushaláim y podamos aprender Torá del líder por excelencia, el Mashíaj, ¡Ya!.

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