La Sucá es una cabaña construida para dar sombra. Por eso debe estar bajo el cielo abierto, no bajo un techo o aún las ramas de un árbol. Las paredes pueden ser hechas de cualquier material, siempre y cuando sean seguras y no flameen al viento. El techo, sin embargo (que llamamos sjaj), debe ser hecho de materiales no procesados que hayan crecido de la tierra. Cañas de bambú, tirantes de madera finitos y ramas con hojas son los más populares. Sólo hay que asegurarse que haya suficiente sjaj de manera que dentro de la Sucá haya más sombra que sol.

Durante ocho días hacemos de la Sucá nuestra casa oficial. Mientras se coma ahí es suficiente, pero se intenta hacer todas las tareas cotidianas en la Sucá. Es una Mitzvá comer las comidas en la Sucá. Una comida se define como 28 o más gramos de grano, como pan, torta, pastas y galletas. Antes de comer en la Sucá se dice la bendición correspondiente de "sentarse en la Sucá". Los jasidím acostumbran a no ingerir ningún alimento, ni agua, fuera de la Sucá.
Si está lloviendo y es realmente incómodo comer en la Sucá, no hay obligación de hacerlo. Sin embargo, muchos jasidím comen en la Sucá aún si llueve. Es una Mitzvá demasiado importante para dejarla pasar...

Esta Mitzvá es tradicionalmente observada por toda la familia, aunque se aplica, como todas las Mitzvot reguladas por el tiempo, a los hombres mayores de trece años y, para educarlos, a los niños que ya no necesitan de sus madres para comer y demás tareas.

La Sucá representa las nubes de Gloria con las cuales Di-s rodeó y protegió al pueblo judío en su salida de Egipto y el viaje por el desierto durante cuarenta años. El dejar la seguridad y confort de la casa para pasar ocho noches en la Sucá demuestra nuestra fe en Di-s y su benevolencia.

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