En la festividad de Sucot está la mitzvá de "verter el agua" en el Sagrado Templo. Esta es la base de la gran alegría, la alegría de "Simjat Beit Hashoevá"sobre la que se dijo1: "Quien no la vio, no vio alegría en sus días" Era la alegría al llenar el agua para luego verterla en el altar."El Talmud2 nos relata sobre un suceso desagradable que ocurrió en uno de esos días de Sucot, El Cohen que derramó el agua era un saduceo" (una secta que sólo santificaba la Ley Escrita y negaba la Ley Oral). Ese Cohen no quiso cumplir con la mitzvá de volcar el agua, que no aparece explícitamente en la Torá Escrita, salvo con alusiones3, y en lugar de derramar el agua sobre el altar, la derramó sobre sus pies. El hecho generó un gran revuelo en el público presente y "lo lapidaron todo el pueblo con sus etroguim"

Este relato, como todas las historias traídas en la Torá, contiene enseñanzas eternas, y para ello hay que meditar en los detalles del relato. El saduceo podía haberse abstenido totalmente de volcar el agua, pero eligió específicamente derramarla sobre sus pies. Un detalle adicional que merece tomarse en cuenta- el castigo del saduceo no fue a manos del tribunal, sino a través del pueblo.

En la raíz de la ideología de los saduceos estaba la posición de que debe enfocarse la Torá sólo a partir de la racionalidad. Los saduceos negaban el principio de fe y de aceptación del Yugo Celestial que hay en la Torá. Por ello sólo aceptaban lo que está explícito en la Torá, negándose a aceptar los aspectos que dependen de la fe- la fe en la tradición de nuestros Sabios- sea, la Torá Oral.

Este es el simbolismo que yace en el hecho de que los saduceos cumplían la mitzvá de verter el vino y negaban el verter del agua: el vino posee gusto, y simboliza el cumplir los preceptos con comprensión y sentimiento. A diferencia de ello, el agua carece de gusto y simboliza el "yugo" y la fe. Los saduceos estaban de acuerdo en aceptar sólo lo que posee razón lógica, y negaban los aspectos supra-racionales de la Torá. La saduceos también negaban la autoridad de los Sabios de la Torá para legislar, leyes para todas las generaciones, y sostenían que también ellos podían interpretar la Torá de acuerdo a su comprender. También ellos tenían en claro que no cada uno está en condiciones de interpretar la Torá como se le ocurra, y por ello sostenían que el pueblo sí debe acatar las instrucciones de los dirigentes, pero los líderes y los dirigentes pueden interpretar la Torá de acuerdo a sus criterios personales.

Eso quiso indicar el saduceo al volcar el agua sobre sus pies. Los "pies", la gente sencilla, requiere de aceptación del Yugo y de sumisión, pero él, el Cohen, puede tomar la Torá de acuerdo a su lógica y entendimiento.

A ello vino la reacción merecida- no fueron los dirigentes, los Cohanim, quienes castigaron al saduceo, sino el pueblo. Esto nos enseña: cuando hay que enfrentar los argumentos del saduceo, no hay que entrar en discusiones intelectualizadas ("los dirigentes"), sino sólo utilizar la firmeza y el tesón del judío simple ("el pueblo"). Específicamente a través de la fe simple y la aceptación del "Yugo Celestial" puede el pueblo judío enfrentar los desafíos de la época y hacerse meritorio de la verdadera y completa redención del Mashiaj.

(Likutei Sijot tomo 2, pag. 429)

1. Sucá 51,a (en la Mishná) 2. Ahí 48,b 3. Explicación de las Mishnaiot del Rambam Sucá, cap. 4. mishná 9

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