Así es como la oscuridad dentro nuestro encuentra la forma de expresase: primero concuerda con todo lo bueno que hacemos.

¿Elegimos meditar? Nos dice: “¡Si, medita! De esa forma serás un gran sabio”.

Cuando elegimos hacer un acto de bondad, nos dice: “¡Si, eres tan bueno! Piensa en lo que otros harán en retribución por esto”.

Lentamente nos convence de que todo bien que hacemos, necesita su aprobación. Entonces, caíste en su trampa...

Haz el bien sin razón. De esa manera no hay trampas.

Etiquetas:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dos × 2 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.