Esta semana se leen dos secciones en la Torá: Nitzavím y Vaiélej (firmes y fue, respectivamente). Uno de los asuntos principales que aparecen en parashat Nitzavím es el concepto del libre albedrío, junto con el de recompensa y castigo.

Dice la Torá (Devarím 30:19): "Hago testigos hoy al cielo y a la tierra; la vida y la muerte puse frente a ti, la bendición y la maldición, y has de elegir la vida, para que vivas tu y tu descendencia". El versículo claramente indica que Di-s nos da dos opciones: aquello que es vida, que es bendición (que consiste en la observancia de los preceptos, como dicen los versículos previos) y aquello que es muerte y maldición (que consiste en dejar el camino de la Torá y apegarse a la idolatría, aún en sus formas más sutiles, como la idolatría del dinero, o de la belleza física).

Ahora bien, lo que no es tan simple de entender es la continuación del versículo, donde dice " y has de elegir la vida": ¿Acaso hay alguien (sano) que elegiría lo opuesto a la vida? ¿Por qué tiene que venir Di-s a "aconsejarnos" elegir la vida?

La pregunta es más fuerte todavía de acuerdo al comentario de Rashi a esas palabras, que dice algo así: "Yo (Di-s) les indico que elijan la porción de la vida, como un hombre que le dice a su hijo: 'elige para ti una buena porción en mi herencia', y lo lleva a la mejor porción y le dice: 'esta elige para ti'. Sobre esto está escrito (Tehilím 16:5) 'Di-s es mi porción, Tu sostienes mi porción', colocaste mi mano sobre la buena parte, diciendo 'ésta toma para ti'". Evidentemente Rashi entiende el mandato Divino de elegir la vida como si Di-s mismo nos estuviese guiando y colocando frente a lo bueno y, por así decir, poniendo nuestra mano sobre lo mejor para que simplemente lo tomemos. Entonces, ¿A alguien se le ocurriría tomar otra cosa?

Para entender esto debemos comprender antes que el concepto del libre albedrío, la capacidad de elegir nuestro propio futuro, se basa en que las opciones entre las cuales podemos elegir deben ser iguales, si no, no se trata de una verdadera elección. Cuando tenemos frente a nosotros una manzana sana y una podrida (y deseamos comer manzana), no podemos elegir, estamos forzados por un factor externo a tomar la manzana sana. De la misma forma existen factores internos en cada persona (por ejemplo prejuicios y costumbres) que la "fuerzan" a tomar ciertas decisiones aunque parezcan haber sido libremente tomadas.

En el caso de la Torá y las Mitzvot, si bien Di-s dice claramente que son vida y bendición, si fuese algo visible y fácilmente reconocible, no seríamos capaces de elegir estudiar Torá y cumplir Mitzvot en lugar de lo contrario, ya que, veríamos que lo contrario es muerte y maldición. Por eso, Di-s oculta cuán buenos son Torá y Mitzvot y los hace parecer iguales que lo opuesto, de manera que podamos realmente elegir entre el uno y el otro.

He aquí la razón por la cual Di-s debe indicarnos con tanto detalle (como dice Rashi, "lo lleva a la mejor porción y le dice: 'este elige para ti', colocaste mi mano sobre la buena parte, diciendo 'ésta toma para ti'") que elijamos la vida: a simple vista parece que una vida con Torá, es igual a una sin Torá, pero en realidad, no lo es, y esto lo indica la Torá diciendo "y has de elegir la vida".

Que sean inscriptos y sellados para un año bueno y dulce,

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