Probablemente todos conozcan los famosos códigos de la biblia. La idea básica es la de analizar el texto de la Torá como una serie de letras, ordenarlo como una matriz de diferentes maneras y extraer "mensajes secretos" encerrados en el Divino texto. Hasta hay libros escritos con estos "mensajes" y nombres como Kennedy, Clinton, etc.
Sinceramente no creo en esto. No porque la Torá no contenga en sí todo lo que hubo, hay y habrá (ya que es el plano de la Creación toda) sino porque hay un pequeño problema: ¿qué pasaría si, combinando las letras de tal o cual manera, encontrase un mensaje que me dijese que debo transgredir un precepto de la Torá misma? ...
Desde una perspectiva más profunda existe la Guematriá, que consiste en que cada letra del alfabeto hebreo se corresponde con un número. Así, cada palabra (formada por letras) tiene un número (la sumatoria de sus letras). Dos palabras (o frases) con la misma sumatoria de letras tienen una relación entre sí.
Todos estos sistemas son como ventanas a la maravilla. Es como mirar por la cerradura de una puerta y despertarse a lo que ocurre del otro lado. Hay una increíble perfección en la Creación de Di-s.
Sin embargo, en la parashá de esta semana aparece algo mucho más sencillo, sin recurrir a ninguno de los métodos expuestos. Al respecto de los animales terrestres apropiados para el consumo (casher), las señales son: rumiantes y de pezuña partida. A su vez, la Torá describe a cuatro animales que sólo tienen una de estas señales: el camello, la liebre y el conejo (rumian pero no tienen pezuñas partidas) y el cerdo (tiene pezuñas partidas pero no rumia). ¿Nu, la maravilla? Hasta el día de hoy no se encontraron otros animales en toda la tierra, excepto los mencionados, que tengan sólo una de las señales de los animales terrestres casher.
Como dice el Salmista (119:18): "Abre mis ojos y veré maravillas de Tu Torá"