En la sección de esta semana, que se llama Vaiakhel (y reunió), la Torá nos relata sobre el trabajo que el pueblo judío hizo en el desierto para la construcción del Mishkán, el santuario móvil. A pesar de que este relato parece repetido, sin embargo se trata de la orden de Moshe hacia el pueblo judío y la realización práctica de dicha orden. En las secciones Trumá y Tetzavé Di-s manda a Moshe sobre el Mishkán, y en ésta sección y la siguiente (Pekudei) Moshe transmite ese mandato al pueblo y este último lo cumple.

En medio del relato del trabajo del pueblo judío, la Torá trae un versículo llamativo, que nuestros sabios se encargan de explicar.

La Torá dice (Shmot 35:26): "Y todas las mujeres inspiradas con sabiduría por sus corazones hilaron las cabras". En el sentido más simple, el versículo está hablando de la producción de hilo de pelo de cabra para la confección de una de las telas que cubrían el Mishkán.

Sin embargo, nuestros sabios se detienen en el detalle de "hilaron las cabras", o sea, suena que ¡tomaron a la cabra misma y la hilaron!. Ellos explican que, efectivamente, mientras la cabra estaba viva, se produjeron (hilaron) hilos de su pelo, estando el mismo aún conectado a la cabra. De hecho, esta es la razón por la cual el versículo engrandece tanto el trabajo de estas mujeres ("mujeres inspiradas con sabiduría por sus corazones"): por miles de años el ser humano viene produciendo hilos y telas para vestirse y demás necesidades hilando diferentes materiales (lana, pelo, lino, etc.) y con diferentes herramientas, desde las más simples hasta las más complejas y nunca fue un trabajo considerado una sabiduría. Entonces, ¿por qué la Torá lo califica tan altamente? Porque hilaron el pelo de las cabras en las cabras mismas vivas.

Ahora bien, ¿Qué enseñanza nos deja esto para la vida cotidiana? El judaísmo es una forma de vida basada en el concepto del servicio a Di-s. Como dice el Talmud (Kidushín 82b): "Yo fui creado para servir a Mi Creador". En otro lugar, nuestros sabios dicen (Talmud Shabat 77b): "[En] todo lo que Di-s creó, no creó ninguna cosa en vano". De estas dos frases podemos extraer que cada cualidad que la persona tiene debe utilizarla en el servicio a Di-s. Si no Di-s habría creado esa cualidad en vano. Quien no utiliza todo su potencial y toda su capacidad para servir a Di-s está atentando, por así decir, contra su propia razón de ser. Y esto se aplica aún a quien ya está en el camino de la observancia de Torá y Mitzvot. Nadie está exento de poder avanzar en su servicio a Di-s, y/o de poder aplicar una cualidad suya adicional, en calidad y/o en cantidad, al servicio a Di-s.

Estas mujeres sobre las cuales la Torá nos dice que sabiamente hilaron el pelo de las cabras nos muestran exactamente esta idea: su máxima sabiduría consistía precisamente en eso. Y ellas utilizaron todas sus cualidades, aún aquellas relacionadas con cuestiones materiales y mundanas como hilar pelo para hacer telas, en el servicio a Di-s.

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