Estamos muy cerca de Iom Kipur, y esto genera un sentimiento en el corazón de todos los iehudím diferente al del resto del año. De hecho nuestros sabios denominan estos días como los Diez días de Teshuvá, utilizando un versículo que dice “Busquen a Di-s cuando está, llámenlo cuando está cerca” (Ishaia 55:6). ¡Obviamente siempre está y siempre cerca! La idea es que en estos diez días (desde Rosh HaShaná hasta Iom Kipur inclusive) Di-s está más revelado. Así como cuando se acerca una vela hacia una antorcha, la vela tiende, por naturaleza, a acercarse a la antorcha, de la misma manera, en estos días el alma, que es como una vela (ver Mishlei 20:27), tiende a acercarse a Di-s con más fuerza que en otros momentos.

Con todo eso, Iom Kipur es un nivel de cercanía mayor todavía, como dicen nuestros sabios, que debemos “ascender en santidad” (Talmud Shabat 21b). Si Rosh HaShaná es un día especial, en los días subsiguientes “Di-s está cerca”, ¡cuánto más aún Iom Kipur!

Iom Kipur es llamado en la Torá un día “único en el año” (Vaikrá 16:34). Hay muchas razones por las cuales se lo podría llamar “único”, por el perdón divino, por el ayuno bíblico, por el trabajo específico que ocurría en el Templo ese día, etc., pero hay un asunto que se desprende de lo mencionado hasta aquí, que hace de Iom Kipur un día “único”: es el día en que mayor cantidad de iehudím asisten a un servicio en la sinagoga. Lamentablemente no ocurre lo mismo otros días, aunque cada día tiene su cuestión especial y por eso Di-s lo creó (a ese día en particular), y, aún así, puede ocurrir que la persona vaya una sola vez al año a la sinagoga...

Hay muchas razones por las cuales las personas se acercan en Iom Kipur, desde la cuestión meramente social, pasando por la ritual (de participar en la Lectura de la Torá o Izcor), llegando hasta la más espiritual, pero la verdad es que hay un único motivo profundo que subyace tras estos (y otros) motivos: Iom Kipur es un día para “buscar a Di-s” y ¿dónde va a estar? ¡En la sinagoga!

Por supuesto, así como Di-s siempre está cerca, de la misma manera, Di-s está en todos lados, sin embargo, en forma más revelada, está en la sinagoga. Aún quien simplemente va para encontrarse con viejos amigos, lo hace en ese lugar y ese día del año. Tranquilamente podría elegir un día cualquiera del año y decidir juntarse con los viejos amigos en algún otro lado, pero, curiosamente, nadie lo hace...

Ahora bien: ¿qué se supone que se debería hacer en la sinagoga? Si la persona ya está yendo, por una motivación que piensa correcta, aunque, como mencionado, la verdadera motivación es la cercanía de la “antorcha” que hace inclinar la “vela” hacia ella, ¿por qué no aprovechar el momento? La forma de aprovechar Iom Kipur es pensando que hay una conexión “única” y especial entre el iehudí y Di-s, una conexión que nunca va a quebrarse, que no depende ni de sociales ni rituales, ni siquiera de las mismísimas Mitzvot (cabe clarar que cada Mitzvá genera una unión con Di-s, sólo que hay diferentes niveles de uniones y relaciones), un vínculo que conecta la esencia misma de Di-s con la esencia misma de cada iehudí. Sólo que ese vínculo puede estar revelado u oculto:en Iom Kipur está dada la oportunidad de mejorar y revelar más la conexión con Di-s.

Y de cada uno depende revelar esa conexión, en Iom Kipur, en la sinagoga, con el ambiente adecuado, las herramientas adecuadas y, fundamentalmente, las ganas de encontrarse con sí mismo, con la chispa de Di-s dentro de cada uno.

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