Algunos crecen como el trigo del campo, en una sola estación salen de la tierra y maduran. Pero su producto es tal, que debe ser descascarado, molido, refinado, amasado y horneado antes de que provea algún bien al mundo, y mucho es desperdiciado.

Otros crecen como el dátil de la palmera, que puede pasar setenta años antes de dar su primer fruto. Pero es un fruto dulce y satisfactorio a la mano que lo toma, y cada parte de la palmera y su fruto proveen algo de valor.

Ara y siembra. Los frutos vendrán.

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