"En nuestra parashá encontramos un versículo que describe tres estados en el exilio: cuando Iosef es vendido por sus hermanos y revendido varias veces por caravanas de comerciantes, al final del proceso, la Torá nos dice (Bereshit 39:1): "y Iosef fue descendido a Egipto".El Midrash nos dice que la palabra "descendido", hurad en hebreo, tiene tres significados:

1) Descenso, de la palabra ieridá, ya que Iosef fue hecho sirviente en Egipto, y hasta fue puesto en prisión.

2) Gobierno, de la palabra rediá, ya que Iosef, luego de ser presentado ente el Faraón, se volvió el gobernador de todo Egipto.

3) Hizo desdender, de la palabra horadá, ya que Iosef hizo descender la Presencia Divina a Egipto, como está escrito (Bereshit 39:2): "Di-s estuvo con Iosef".

Estas tres explicaciones indican tres posibilidades de relación del hombre con el mundo que lo rodea. Iosef poseía las tres formas: descenso, gobierno y acarreo de la Presencia Divina con él. A su vez, cada judío y judía puede comportarse en elación al exilio donde se encuentra, de estas tres maneras.

La primer posibilidad es que el judío ve un descenso en el hecho de que se encuentra en exilio. La diáspora ocupa un lugar tan importante en su vida, que molesta para su servicio a Di-s, por lo cual el judío lucha contra ella, para, con suma dificultad, sobreponerse.

El problema con este enfoque hacia el exilio, de considerarlo una entidad que se opone a la observancia de Mitzvot, es que a pesar de que la persona luche y venza las dificultades, la victoria lograda no es completa, porque la lucha deja una marca en la persona, por así decir, sus ropas están ensangrentadas de tanto batallar contra el enemigo.

La segunda posibilidad es que el judío se coloca, desde el principio, en una posición de gobierno sobre el mundo. No ve frente a sí ninguna dificultad ni molestia al cumplimiento de los Preceptos Divinos. Este enfoque fija, también, la situación del exilio. En lo que a él respecta no hay exilio, él es el gobernante por sobre el exilio.

La ventaja de este enfoque es que no hay guerra. Todas las dificultades automáticamente son anuladas. Sin embargo, no es que se desvanecen, sino que están momentáneamente subyugadas, existe la posibilidad de que, si la persona desciende de su nivel espiritual, se despierten y molesten al servicio Divino.

La tercera posibilidad es que el judío trae a la Presencia Divina con él. Es decir, cuando el judío sale al exilio, lleva a Di-s con él, y con Su poder, transforma al exilio mismo, hasta que éste mismo lo ayuda en la observancia de Mitzvot. Este es el nivel superior, que transforma el mal de la diáspora en bien, la oscuridad en luz.

Este era el nivel espiritual de Iosef. Por un lado, él descendió a Egipto, al exilio, se separó de la vida espiritual en la que vivía junto a su padre Iaacov, y se introdujo en los asuntos materiales de Egipto. Con todo eso, Di-s estaba con él, al punto de que se volvió el gobernante de todo Egipto, y el exilio mismo lo sirvió a Iosef y le ayudó en todos sus emprendimientos.

Este poder, Iosef se lo transmitió a todo el pueblo judío: no hay que asustarse por las dificultades del exilio, sino que hay que traer a la Presencia Divina dentro del exilio mismo, y así traer la redención final, rápido en nuestros días.

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