¡Este Shabat es el último del año! Siempre leemos la parashá Nitzavím - parados firmes antes de Rosh HaShaná – el año nuevo judío. Una de las razones es que al comienzo de la sección Nitzavím, Moshe da una bendición al pueblo judío en el día de su muerte, para que todo el pueblo esté "parado firme" frente a Di-s en comunidad y hermandad, unos con otros, desde las personas de un nivel espiritual más elevado hasta los más bajos. Una buena preparación para el año entrante.

Al acercarse un nuevo año uno debe hacer una introspección en su propia vida, en su relación con Di-s y con los demás. Es más, la relación con Di-s define y da forma a la relación que uno tiene con los demás. Esta introspección debe abarcar todos los aspectos de la vida que, en general, se reparten en tres: Torá, que se refiere al estudio de Torá, Avodá (lit. Trabajo), que se refiere al rezo, y Guemilut jasadím (actos de bondad), que se refiere, en general, a la observancia de los preceptos. Al respecto de este último punto, me gustaría explicar un asunto, que es, en definitiva, el deseo para este año nuevo.

Existen actos de bondad y actos de bondad verdadera. Lo que marca la diferencia es la motivación que lleva a realizar sendos actos. Si la motivación es porque la persona se siente satisfecho de haber hecho el bien, puede ocurrir que, cuando no haya satisfacción, no vaya a hacer el bien. Por el otro lado, si la motivación no es un sentimiento y menos una deducción racional (como "El lo necesita más que yo", o "Se lo merece por haberse comportado de tal o cual manera") la persona va a hacer el bien aún cuando no derive ningún beneficio del acto, ni emocional, como satisfacción, ni material, como un premio.

Ahora bien, esta idea está basada en un concepto cabalístico que explica que Di-s envía Su energía al mundo de dos formas: energía interna (memale col almín, llena los mundos, en arameo) y energía trascendental (sovev col almín trasciende los mundos).

La energía interna es medida de acuerdo a la capacidad del receptor de recibirla. Cada criatura recibe justamente lo que puede soportar. A su vez, esta energía genera en la creación una sensación de existencia propia. Al ser una energía limitada, cada criatura puede captarla y disfrutarla, como si dijésemos que puede sentir a Di-s, así como cada persona siente que está viva porque tiene un alma adentro, a pesar de no comprender qué es el alma ni cómo está dentro suyo, pero sabe que está.

La energía trascendental es como su nombre lo indica, trasciende la creación. Es igual para todas las criaturas y en todos los mundos. Sin embargo, esta característica misma la hace ser oculta. La creación no podría captar esta energía y continuar siendo creación tal y cual es ahora, se anularía, como querer acercarse al sol y no ser quemado por su luz...

Estas dos formas de energía representan el servicio a Di-s basados en la comprensión y racionalidad y el servicio a Di-s irracional (en el buen sentido). En el primero caso, la persona se conecta con Di-s por una razón, una motivación que a su parecer tiene sentido, como ser, porque Di-s es grande, porque recibe un beneficio y demás. En el segundo caso no hay una motivación que la persona pueda comprender, no hay una deducción racional y menos un beneficio derivado del servicio Divino, simplemente la acción porque Di-s manda.

Por eso digo que existen actos de bondad y actos de verdadera bondad. Verdadera bondad es cuando la persona hace el bien a su prójimo aún si esto no tiene sentido, aún si no deriva satisfacción del acto, aún si esto le causa un perjuicio. Es algo irracional, pero es a través de estos actos que la persona se conecta con la esencia de Di-s, con aquello que trasciende los mundos.

Sólo en la época de Mashíaj vamos a tener ambas cosas a la vez, una paradoja, pero eso es lo que significa Mashíaj: poder captar la energía trascendental de Di-s, y continuar siendo criatura, no anularse o, dicho de otra manera, entender con el intelecto aquello que lo trasciende.

Que Di-s nos bendiga en este nuevo año, para que podamos hacer el bien porque está bien (según lo que la Torá define que es el bien) y que, a través de este comportamiento traigamos el mayor de los bienes a toda la humanidad, ¡la venida de Mashíaj YA!

Ktivá veJatimá Tová, leShaná Tová uMetuká
Que sean inscriptos y sellados para un año bueno y dulce.

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