Este viernes comienza el mes de Adar.

Como ya explicamos varias veces, cada período de tiempo tiene una energía determinada que es la que genera el evento especial que ocurrió, en alguna época, en ese momento especial.

Esto puede verse también en la bendición que decimos, por ejemplo, en Jánuca y Purim, que Di-s "hizo milagros para nuestros padres en aquellos días, en éste tiempo". Una de las formas de entender esta bendición es que Di-s efectivamente hizo el milagro hace una cantidad considerable de años ("en aquellos días") pero la misma energía se encuentra ahora mismo ("en éste tiempo").

Al respecto del mes de Adar, la Meguilá de Ester (el texto de la Biblia que se lee en Purim de noche y de día) tiene un versículo que nos indica que el mes de Adar entero tiene una energía general (en adición a la fuerza que cada día tiene por sí mismo). El versículo es "el mes que se les transformó de la tristeza a la alegría" (Ester XX:XX).

La energía de este mes es la de transformación. En general uno piensa en transformación como indicando que hay algo que es de una manera determinada y es transformado a otra. Por ejemplo, el agua a temperatura ambiente es líquida, pero cuando se la somete a calor y éste llega a los 100 grados centígrados "se transforma" en vapor. Primero hay agua y luego vapor.

Sin embargo, la historia de Purim y éste versículo de la lectura de Purim nos enseñan un nivel más profundo de transformación.

Para dar un ejemplo más cercano al servicio a Di-s: puede ocurrir que uno haya hecho algo en la práctica que le genere sufrimientos. Con el debido arrepentimiento y retorno a Di-s (Teshuvá), uno puede transformar ese pasado sombrío en algo positivo. Como en el caso del agua, primero hubo una cosa, y luego se transformó en otra.

Pero en Purim fue diferente: la transformación de Purim fue de manera tal que aún antes de que se materialice el decreto de Hamán de destrucción física del pueblo judío (Di-s libre y guarde), inmediatamente cuando el pueblo escuchó sobre la posibilidad de su aniquilación, fortalecieron su vínculo con la Torá y las Mitzvot, generando esa transformación de la cual habla la Meguilá.

Esta idea puede aplicarse en diferentes contextos, como el de la educación judía, la asimilación, la falta de valores, etc. Cuando los líderes de una comunidad (o los padres de un niño) siquiera sienten que si continúan con el mismo camino que vienen transitando puede llegar a desembocar en la pérdida de la continuidad, etc., deben saber que en sus manos está en cambiar de rumbo, que, como aprendemos de la historia de Purim, el conectarse con la Torá y las Mitzvot tiene la fuerza de revelar la energía de transformación encerrada en el mes de Adar. No hay que esperar a que se materialice el decreto para luego tratar de transformarlo...

Esta impresionante energía empieza a revelarse en el primer día del mes de Adar y aumenta a medida que avanza el mes. Es sólo cuestión de aprovecharla mientras está disponible.

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