Una de las cualidades más sobresalientes del ser humano en comparación con los animales, es su capacidad para realizar diferentes funciones. Tiene diversidad tanto en términos de tareas, como muchos de nuestros grandes sabios, que eran médicos, astrónomos, arquitectos y demás, como en términos de una misma tarea realizarla de diferentes maneras o, simplemente, con diferentes sentimientos.

Uno de los principales hitos en el desarrollo emocional de una persona es cuando debe hacer algo que no desea. Se genera un conflicto entre la voluntad propia y la necesidad momentánea y la persona termina realizando aquella tarea que no quería pero que resultaba necesaria.

Nadie puede discutir que cuando una tarea determinada es realizada con alegría genera mejores resultados que la misma acción realizada con tristeza o melancolía.

En la sección de esta semana (Vaishlaj - y envió) leemos sobre en encuentro entre Iaacov y su malvado hermano Eisav. Este no era un encuentro común. Eisav había prometido que iba a matar a Iaacov. Veinte años habían pasado desde la última vez que habían tenido contacto y en aquella época no había ni correos electrónicos y teléfonos celulares... además, venía acompañado de cuatrocientos hombres armados...

Nuestros sabios nos cuentan cómo Iaacov se preparó para el encuentro. Uno podría imaginarse la tensión del momento: ¿quién diría que en semejante situación hay lugar para estar contento?. Sin embargo, cuando observamos en detalle los tres preparativos generales de Iaacov, encontramos que cada uno de ellos está directamente relacionado con la alegría.

1) Iaacov preparó un regalo muy grande para Eisav compuesto principalmente de animales. Es lógico pensar que quien da un regalo por voluntad propia siente alegría al darlo, como nuestros sabios dicen, que quien da un obsequio lo da ampliamente. Más aún teniendo en cuenta que el obsequio estaba directamente relacionado con el diezmo que Iaacov prometió a Di-s como parte de su petición de protección antes de ir a la casa de su tío, Laván.

2) Iaacov rezó a Di-s pidiendo que lo salve de su hermano Eisav. Uno de las ideas del rezo es la conexión con Di-s. La forma de sentir esa conexión es a través de la inmensa alegría que produce el conocer las limitaciones propias y, sin embargo, poder tener un canal de diálogo, por así decir, con el Infinito. Un rezo sin alegría es prueba de que la persona no entendió la esencia de lo que está haciendo. Entonces, con seguridad, Iaacov estaba feliz.

3) Iaacov se preparó con una táctica para la guerra. Es sabido que una condición fundamental de cualquier ejército es tener la confianza en que va a ser victorioso. Es la alegría de ser parte fundamental de un plan maestro la que permite al soldado ir al frente. Porque si el soldado está deprimido al salir a la guerra, aún antes de haber empezado, está prácticamente derrotado.

Vemos, entonces, que a pesar de la presión y complejidad del momento que Iaacov vivía, se preparó con acciones que, si no son hechas con alegría, no obtienen los resultados deseados. Esto deja para nosotros una lección muy simple: independientemente de lo crítico de una situación, lo que hagamos para sortear los obstáculos que se nos presenten, lo debemos hacer con alegría.

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