En el comienzo del tercer libro de la Torá, el libro de Vaikrá, la Torá dice (lit.): "Un hombre cuando ofrezca, de ustedes, un sacrificio hacia Di-s...". Debería haber dicho "un hombre de ustedes cuando ofrezca un sacrificio...". ¿Por qué, aparentemente, da vuelta las palabras?

Aquí se encuentra encerrado un concepto fundamental en la relación del pueblo judío con Di-s. La Torá nos está contando el camino para acercarnos a Di-s. De hecho, la idea del korbán, la ofrenda a Di-s, está directamente relacionada con la idea del acercamiento a Di-s. La palabra korbán tiene la misma raíz que la palabra karov - cercano.

Es decir, la Torá nos enseña: "Cuando un hombre ofrezca - se quiera acercar a Di-s [¿dónde lo puede encontrar?] - "de ustedes", es decir, está dentro de ustedes. No es necesario salir a buscar a Di-s fuera de uno. Di-s está dentro nuestro. El es nuestra propia esencia.

Esto explica la perseverancia del pueblo judío a lo largo de las generaciones. Grandes y poderosos imperios y gobiernos intentaron acabar con el pueblo judío y no lo lograron. Así como Di-s es eterno, el pueblo judío lo es, porque Di-s está dentro nuestro.

También de aquí surge la respuesta para un mal que nos acosa constantemente. En cuanto una persona se acerca al judaísmo, en seguida, surgen los cometarios despectivos de los demás: "Y éste, que nunca pisó una sinagoga, ahora hace así y así", o "¿Y te volviste religioso de repente?". Es algo claro en el judaísmo: tenemos una esencia y está dentro nuestro. Uno puede quejarse de alguien que se tornó una persona diferente de lo que es, pero no de alguien que recurre a su propio ser y lo revela.

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