La entrada del pueblo judío a la Tierra de Israel simboliza el trabajo del judío en el mundo. El alma del judío descendió aquí abajo para impregnar al mundo material con santidad y hacer de la materia un recipiente para la luz Divina. Ese es también el sentido del ingreso a la Tierra de Israel: convertir a la Tierra de 'Cnaan' en 'Tierra de Israel', una tierra en la que se siente y está revelada la santidad Divina.

Previo al ingreso a la Tierra de Israel se requiere de la etapa de envía por ti hombres"1, con la que comienza nuestra Parshá. La historia del envío de los espías, tanto la misión misma, como también su fracaso, contiene un mensaje y una instrucción para la vida de cada uno de los judíos,"

MEDITAR Y PENSAR

Ante todo, el judío debe meditar sobre el contenido de la mitzvá que se dispone a cumplir2, y buscar la mejor manera de lograr el objetivo de cumplirla. Ese es el sentido del envío de los espías -Moshé Rabeinu los mandó para averiguar cuál era el camino más apropiado y útil, por la vía natural, para poder conquistar a la tierra.

El judío puede ser capturado por la idea, de que siendo que Hashem le ordenó cumplir un mandato, una mitzvá, debe dejar de pensar y analizar la realidad. Debe ir con los ojos cerrados, pase lo que pase, para cumplir con el mandato El envío de los espías nos enseña que no es suficiente con la fe en Hashem, sino que se exige del judío buscar el camino para cumplir con la Voluntad de Hashem por la vía natural. Puesto que la intención Divina es que las mitzvot se cumplan dentro de los confines del mundo y dentro de la esfera natural.

SIN CONCLUSIONES

Conjuntamente con ello, el relato de los espías también enseña que está prohibido equivocarse y desviarse en la dirección opuesta. El error de los espías radicaba en que el hecho mismo de que fueron enviados a evaluar la tierra y las posibilidades de conquistarla por la vía natural, les daba también autoridad a decidir sobre la misma decisión de si entrar a la tierra.

En este punto estaba oculto su terrible pecado. Moshé Rabeinu los envió sólo para evaluar por cuál camino era más fácil conquistar la tierra, pero ellos pensaron que los mandaron para sacar conclusiones y establecer que no hemos de poder imponernos sobre el pueblo, puesto que es más fuerte que nosotros"3. Con ello actuaron contra la Voluntad de Di-s y mostraron debilidad en su fe, puesto que cuando Hashem le asigna a una persona una misión, cualquiera que sea, es seguro que está en su capacidad ejecutarla, y si habrá necesidad de un milagro -ocurrirá un milagro.

LA ESENCIA DEL BIEN

Este es el segundo principio que nos enseña la historia de los espías: Si Hashem le asigna a alguien una misión, cumplir con un precepto, como lo enuncia el Shulján Aruj, -es absolutamente claro que es posible llevarla a cabo, puesto que Hashem sólo ordena "de acuerdo a sus fuerzas"4. Es obvio que incluso un hombre de carne y hueso no ordenará a un semejante que haga cosas que están más allá de su capacidad, cuantas veces más Hashem, Quien es la esencia del bien y de la justicia.

Solo que luego de saber esto, un principio que debe constituirse en la base de la actitud del judío hacia su misión en el mundo, la Torá nos hace saber "que no se apoya sobre el milagro"5 y hay que buscar el camino para cumplir la Voluntad de Di-s por caminos naturales. Pero a su vez, debe estar totalmente claro para uno, que también cuando en su camino aparezcan dificultades y obstáculos -es seguro que habrá de superarlas, en el espíritu de "subir hemos de subir, y habremos de heredarla, puesto que poder hemos de poder con ella".6

(Likutei Sijot Tomo 13, Pág. 39)

Notas:

1.Bamidbar 13,2. 2.Véase Tania Cáp. 41; 3.Bamidbar 13,31; 4.Shemot Rabá comienzo del Cáp.29, Bamidbar Rabá Cáp. 12,3, Tanjumá Nasó 11. Véase Avodá Zará 3,b; 5.Véase Pesajim 84,b, Zohar I 111b; 6.Bamidbar 13,30.

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