Rosh HaShaná, el año nuevo judío, es una festividad de dos días. Las mañanas se pasan en la sinagoga rezando, pidiendo a Di-s que nos conceda un año dulce y próspero, y escuchando el sonido del shofar (un cuerno de carnero). Algunas costumbres que hacen a la experiencia completa de Rosh HaShaná:

Se encienden velas, se hace kidush y se disfruta de una suntuosa comida festiva ambas noches. No se trabaja, ni maneja autos, no se escribe ni se activa o desactiva cualquier aparato eléctrico. Se puede cocinar y cargar en las calles (excepto en Shabat).

Muchas de las costumbres de Rosh HaShaná son simbólicas del tipo de año que esperamos que venga. La primera noche comemos un trozo de manzana con miel, probamos un pedazo de cabeza de pescado, pidiéndole a Di-s que este año seamos "cabeza". Comemos granadas con la plegaria que este año estemos repletos de Mitzvot como la granada lo está de semillas. A su vez, mojamos la Jalá en todas las comidas, con miel. Si los simbolismos no alcanzan, lo verbalizamos deseándole a la familia y amigos un buen y dulce año nuevo.

El primer día de Rosh HaShaná, hay una antigua costumbre de ir a un cuerpo de agua donde haya peces y hacer la ceremonia de Tashlij. La palabra significa "enviar", y se trata de una pequeña plegaria donde le pedimos a Di-s que envíe nuestros pecados a las profundidades del mar. El agua es una metáfora de la bondad, y los peces simbolizan nuestra esperanza de que Di-s siempre tenga sus ojos puestos en nosotros para protegernos.

1 comentario en «Rosh HaShaná»

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