El comienzo de la sección de la Torá de esta semana es 'Iaacov envió malajím'. Los comentaristas discuten el significado de esta última palabra, sin embargo muchos están de acuerdo de que debe traducirse como 'ángeles' y no simplemente 'mensajeros'.

De hecho Rashi (Rabí Shlomó ben Itzjak, 1040-1105), uno de los principales comentaristas de la Torá, dice explícitamente que eran 'ángeles realmente'. El Maguid de Mezritch (1704-1772) explica que Rashi quiere enseñarnos, además del significado de la palabra, algo fundamental en la perspectiva judaica de cómo enfrentar el mundo que nos rodea.

Cuando Iaacov fue a encontrarse con su hermano Eisav, envió ángeles para tratar de convencerlo de olvidar sus diferencias. Sin embargo, Iaacov no envió simplemente ángeles, sino que envió 'ángeles realmente (mamash - en hebreo)', es decir, la realidad de los ángeles o, dicho en otras palabras, solamente la parte material y física de los ángeles, pero la parte espiritual de los ángeles, quedó junto a Iaacov. El éxito de la misión de los ángeles dependía de que, aún estando con Eisav, continúen unidos espiritualmente a Iaacov.

Y aquí se encierra el secreto para el éxito de la misión del pueblo judío en la tierra, de refinar y elevar el mundo para hacerlo un lugar apto para la revelación de la Presencia Divina: cuando uno se involucra con Eisav, es decir, con la vorágine del día a día mundano, con el trabajo, etc., uno debe saber que su éxito depende exclusivamente de siempre estar conectado a su fuente, a Di-s, para tener las fuerzas para superar las dificultades de la vida.

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