El nombre de la sección de esta semana es "Ki Tavó", cuando vengas. La Torá explica, entre otras cosas, la Mitzvá de Bikurím, las primicias. Se trata del precepto de llevar a Ierushaláim, en la época del Templo, los primeros frutos del campo, de los frutos de la Tierra de Israel. Con las palabras Ki Tavó, la Torá explica que esta Mitzvá (y todas aquellas donde esté escrita una expresión similar), se aplica desde el momento en que el pueblo judío conquiste la Tierra de Israel y se asiente en ella.

Hace un tiempo, estudiando con un chico preparándose para su Bar Mitzvá, charlamos sobre qué es una Mitzvá. El chico sugirió la idea de que una Mitzvá es "algo bueno". Si bien no está del todo errado, ya que Di-s, al ser el Bien absoluto, no nos mandaría a hacer algo negativo, sin embargo, esa no es la definición de una Mitzvá.

Hay dos aspectos de un precepto: por un lado el significado más superficial, donde un precepto es simplemente un mandato Divino para que hagamos algo o que no lo hagamos, como la Mitzvá de respetar a padre y madre, que consiste en hacer algo, o la Mitzvá de no robar, que consiste en evitar hacer algo. Aquí, a su vez, hay tres componentes: el emisor del mandato, Di-s, el mandato, la Mitzvá, y el mandado, nosotros.

Pero hay un aspecto más profundo de las Mitzvot: la palabra Mitzvá se relaciona con la palabra aramea Tzavta, cuyo significado es unión. Una Mitzvá es un canal de unión entre Di-s y el hombre.

Este canal de unión, a su vez, consiste en una acción práctica, cuyo objetivo es unir el cuerpo físico con Di-s (como por ejemplo, colocar una Mezuzá) y, además, una enseñanza espiritual, cuyo objetivo es enriquecer el alma y revelar en esa acción Divinidad.

Hoy en día no podemos cumplir con la Mitzvá de Bikurím, por lo que la acción práctica de la Mitzvá no se aplica, pero sí podemos enriquecer nuestras vidas con la enseñanza contenida en la Mitzvá.

Bikurím expresa la idea del constante agradecimiento a Di-s por lo que tenemos, comenzando con la vida misma, hasta imbuir todo nuestro medio ambiente con esa sensación de gratitud. Pero no solamente eso, así como en la época del Templo, los primeros frutos eran los que se llevaban a Ierushaláim, de la misma manera, los primeros frutos del hombre, son los que deben ser "llevados", es decir, entregados a Di-s.

Uno se imagina un agricultor que trabaja duramente su tierra, arando, sembrando, regando, fumigando, esperando las lluvias, luego cosechando y procesando el grano para poder obtener un poco de pan. Un proceso que lleva cerca de un año... y lo primero que crece, se lo dedicaba a Di-s. Esto simboliza un nivel de fe y gratitud muy profundo en que Di-s es realmente quien da el sustento a toda Su Creación. Lo mismo ocurre en el servicio a Di-s de cada persona, los primeros frutos, es decir, por ejemplo, lo primero que la persona hace en cuanto se despierta es agradecerle a Di-s, la primer ocupación del día es el rezo y/o el estudio. Luego habrá tiempo para el trabajo, las distracciones, etc.

Así como con la Mitzvá de Bikurím, la Torá dice que Di-s bendice al pueblo judío sobre la Tierra que nos entregó, que así sea, a través de la dedicación de nuestros primeros y mejores momentos del día a Di-s, que nos bendiga con Su mano llena, abierta y santa, para que tengamos un año colmado de dulzura y alegrías.

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