Una de las virtudes de Avraham, luego de haber cumplido el precepto de circuncisión, fue la completitud. Sólo entonces podía nacer Itzjak, que debía ser santo desde el vientre. ¿Cuál es la diferencia entre Avraham e Itzjak, por lo que tenían que nacer de forma diferente?A través de analizar los comportamientos que la Torá nos relata sobre Avraham e Itzjak, entenderemos la diferencia entre ellos y, consecuentemente, cual es la enseñanza que debemos aprender de cada uno de ellos para todas las generaciones.

El servicio espiritual de Avraham era proyectar divinidad desde arriba hacia abajo, mientras que el de Itzjak era elevar al mundo hacia Di-s. El amor a Di-s desarrollado por Avraham se identifica con el agua, que desciende desde un lugar elevado hacia un lugar bajo, mientras que el de Itzjak se identifica con el fuego, cuya naturaleza es elevarse.

Más aún, la diferencia entre ellos no se expresaba solamente en su trabajo espiritual consigo mismo, sino también en su trabajo en relación al mundo.

Avraham logró que la divinidad, el conocimiento de Di-s, descienda al mundo, mientras que Itzjak logró que el mundo mismo se eleve y se vuelva un recipiente para divinidad.

A través de ver sus comportamientos, entenderemos la fuente de estas diferencias. Avraham difundía a Di-s a todas las personas: a la gente en la Tierra de Cnaan, en Egipto, hasta el punto de difundir divinidad a los Árabes de aquella época, que se arrodillaban al polvo debajo de sus pies, cosa que indica un nivel espiritual muy bajo. De la misma manera, la forma que utilizaba Avraham para difundir divinidad también era en forma de "dar", como nos cuenta el Midrash, que Avraham practicaba el precepto de recibir invitados, darles de comer y beber. Cuando los invitados lo bendecían luego de comer y beber, Avraham les explicaba que no debían agradecerle a él, sino al Dueño del mundo, de quien comieron.

El servicio espiritual de Itzjak era, como mencionamos anteriormente, elevar el mundo hacia Di-s. Es por eso que su ocupación era la de cavar pozos de agua, trabajo que indica el concepto de revelar a Di-s en la tierra misma, es decir, revelar la fuerza divina que se encuentra oculta en la Creación a través de elevar lo bajo (el agua de los pozos). De la misma manera, Itzjak logró que el mundo mismo sea un recipiente para Di-s.

Aún cuando surgían dificultades en el trabajo de Itzjak, como nos cuenta la Torá, que los pozos que Itzjak cavaba los sirvientes de Avimelej, el rey Filisteo, los tapaban, sin embargo, Itzjak continuaba con su trabajo cavando otros pozos.

La diferencia entre el servicio de Avraham, revelar a Di-s en el mundo, aún si este no está preparado para tal revelación, y la de Itzjak, hacer del mundo un recipiente y prepararlo para revelar la fuerza divina que ya está contenida dentro de éste, alcanzan diferentes niveles de santidad. Avraham sólo podía llegar hasta niveles de divinidad limitados, mientras que el servicio de Itzjak llegaba hasta la esencia de Di-s. Esto es porque la intención de la creación en general es hacer del mundo una morada para Di-s, entonces, sólo a través de elevar el mundo se puede llegar a la unión de morada (mundo físico limitado) y Di-s (ilimitado). El servicio de Avraham consistía, básicamente, en revelar a Di-s, más allá del mundo físico, por lo que no lograba el objetivo final de la Creación (al no estar preparado el mundo para la revelación divina, tal revelación anula al mundo en lugar de unificarlo con Di-s).
Con esto entenderemos por qué Itzjak debía nacer luego de que Avraham fuese completo a través de la circuncisión, porque su trabajo sería el de revelar en el mundo un nivel de santidad que supera al mundo, un servicio para el cual debía ser santo desde el vientre.

La enseñanza para todas las generaciones es clara: no alcanza con el servicio espiritual de Avraham, de traer al mundo a Di-s a través del estudio de Torá, el rezo y las buenas acciones, sino que, para llegar a cumplir el objetivo de la Creación, es necesario el servicio de Itzjak, cavar pozos.

El concepto de cavar pozos significa que uno debe involucrarse con piedras y tierra que ocultan el agua del manantial subterráneo. Cuando uno está revelando la presencia divina en la tierra, debe tener en cuenta tres cosas: 1) que uno debe involucrarse aún con gente que es similar a piedras y tierra, que no siente la importancia del judaísmo ni de Di-s, 2) que nunca debe darse por vencido, aún si de alguna manera los pozos que uno cava los tapan, debe continuar cavando otros pozos, y 3) que nunca debe perder la esperanza de que, bajo todas las piedras y la tierra, se encuentra un manantial de agua viva, el alma de todo judío que desea y anhela volver hacia Di-s.

Extraído de Likutei Sijot vol. 1, pág. 27

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