En un mundo que corre constantemente, es difícil hacer una pausa. Lo primero que hacemos a la mañana es hablar con El Jefe (plegaria de Shajarit). Luego, al finalizar el día, una vez más. Por último, en medio del día, cuando el teléfono no deja de sonar y la adrenalina corre por todas las venas, rezamos Minjá.

De hecho, en eso mismo reside el poder de ésta plegaria, en el coraje que exige dejar el mundo de lado para hablar con Di-s. Se dice que que profeta Eliahu fue contestado en su plegaria de la tarde.

Nuestros sabios establecieron esta plegaria en recuerdo de Itzjak y el recuerdo del sacrificio de la tarde que se realizaba todos los días en el Templo.

El horario de Minjá es aproximadamente media hora después del mediodía (cuyo significado es cuando el sol está perpendicular a la tierra, no necesariamente a las 12) hasta el anochecer.

Consiste en una serie de versículos y enseñanzas relacionadas a los sacrificios del Templo, un salmo (145), las diecinueve bendiciones (Amidá), súplicas (cuando no es un día festivo) y Aleinu, el cántico que termina todas las plegarias. Para días particulares (como Shabat, o Iom Tov) hay variaciones.

1 comentario en «Minjá»

  1. Rabino disculpe somos descendientes de papa Judio , pero ellos dejaron la tradicion y se casaron con mama Argentina, pero nos encanta el judaismo y vivimos en Mexico pero nacidos en Argentina nos encantaria poser participar del judaismo. todah rabah

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diecinueve − quince =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.