Esta semana leemos la primer sección de la Torá, la parashá Bereshit - en el comienzo. Uno de los puntos más sobresalientes de esta sección es, quizás, el relato de la Creación. A diferencia de lo que el mundo piensa, lo primero que Di-s creó no fueron los cielos y la tierra, sino la Luz. La traducción correcta de las primeras palabras (y versículos que siguen) es "En el comienzo [de la] creación, [cuando] Di-s creó los cielos y la tierra, [...], dijo Di-s, "Que sea la Luz". La primer creación es la Luz. Ahora bien, esa luz no se trata de lo que nosotros conocemos como Luz (de una lámpara u otra fuente de luz) sino una luz espiritual, que Di-s oculta para luego dar de recompensa en el Mundo por Venir.

Como el ejemplo de un arquitecto, que primero sabe cuál es su objetivo final, luego plasma esa idea original en un plano y posteriormente, los obreros, siguiendo las instrucciones del plano, construyen aquello que el arquitecto pensó en el comienzo.

El arquitecto es Di-s, el plano es la Torá, los obreros son el pueblo judío y la construcción es éste mundo, donde se revelará aquella luz original, cuando terminemos el trabajo.

En conexión a esto, hace poco tiempo, en la asamblea general de las Naciones Unidas, el Primer Ministro de Israel, Biniamín Netanyahu, dio un interesante discurso sobre el derecho de vida de Israel, tildando a la ONU de parodia.

Ahora bien, lo más interesante es que Netanyahu dio otro discurso, esta vez frente a un grupo de presidentes de las mayores comunidades judías en Estados Unidos, donde relata cómo el Rebe, Rabí Menajem Mendel Schneerson, de bendita memoria, le había expresado años atrás qué clase de institución es la ONU: una "casa de mentiras". Y, además, le explicó cuál debe ser su tarea: "Recuerda que en un salón de perfecta oscuridad, oscuridad total, si enciendes una pequeña vela, su luz podrá verse de lejos, su valiosa luz se verá por todos.".

Los invito a ver el video, no para "probar" que el Rebe tenía razón, ni para concordar con todo lo que Netanyahu diga de ahora en adelante, sino para quedarnos con una conclusión muy simple y clara: Di-s creó al mundo como un un salón lleno de oscuridad y nuestra función, como pueblo judío, es iluminarlo. Nuestro trabajo es revelar ese inicial "Que sea la luz", llevando una vida plena en la observancia de Mitzvot y el estudio de la Torá.

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