El Midrash nos cuenta que en el momento en que el Pueblo Judío estaba frente al Monte Sinaí para recibir la Torá, Di-s les pidió un garante que se asegure de que la cumplirían y cuidarían para entregarla.

La gente primero dijo: "nuestros patriarcas son garantes por nosotros", pero Di-s no aceptó. Luego dijeron: "nuestros profetas son garantes por nosotros", pero Di-s no aceptó. Sólo cuando dijeron "nuestros hijos son garantes por nosotros", Di-s aceptó.

Esto nos enseña algo muy básico y fundamental: es en los niños donde se encuentra la pureza y sencillez necesaria para garantizar que los adultos se conecten con Di-s. Por eso son el único garante que Di-s aceptó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

19 − seis =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.