Es realmente interesante cómo en los últimos tiempos, se está tomando con más seriedad la influencia que ejercen la TV e Internet en la sociedad. Este fin de semana pasado, buscando algo de material al respecto, me topé con un artículo que me llamó en especial la atención. Aquí compartiré con ustedes algunos de los fragmentos que me parecieron más relevantes: Hay que sacar el televisor de la habitación de los chicos, una vez de acuerdo con ese punto, se puede empezar a hablar..."

"... la TV les enseña a sus hijos comportamientos agresivos, uso de drogas y escenas inmorales... y hoy, los padres no están haciendo nada para evitarlo."

"... antes de los 8 años, ningún chico puede diferenciar la realidad de la fantasía. Entre 8 y 14 años, no logran hacerlo en temas relacionados con lo inmoral y las drogas; y no es hasta los 15, 16 o 17 años que comprenden que todo es fantasía y entretenimiento"

No les voy a mentir, no bien me introducía más en las declaraciones del artículo, trataba de imaginar el rostro del autor. La primer imagen que vino a mi mente fue la de algún líder espiritual, incluso pasó por mi imaginación el rostro de algún Rabino de la ultra-ortodoxia (alejado de la "realidad", incluso virtual de este mundo). Cuán grande fue mi sorpresa al descubrir que se trataba nada más ni nada menos que del pediatra Víctor Strasburger; jefe de la División de Medicina Adolescente del hospital de la Universidad de Nuevo México, en Albuquerque, Estados Unidos, autor de más de 120 investigaciones y ocho libros sobre los efectos de los medios en el desarrollo infantil y adolescente.

Continuando con mi búsqueda, esta vez dirigida a los orígenes de la TV, encontré que ésta, nace en 1935 y para fines de la década del cuarenta se populariza en los estados Unidos. Siguiendo con mi investigación hallé una alocución publica que el Rebe de Lubavitch hiciera precisamente en aquellos días en la que recién la TV se estaba haciendo popular (no 50 años más tarde) un 30/10/1954 en donde advierte del grave daño que la TV estaba causando en los niños y los adultos también (claro está que si el Rebe se refería a 1954, sin duda hoy es más vigente que nunca). Allí el Rebe exhorta a no permitir el ingreso de la TV en nuestros hogares. Quisiera compartir con ustedes algunos fragmentos: "...Si uno piensa que mirando sólo cierto tipo de programas escogidos se estará protegiendo de la influencia de la TV, debe saber que está totalmente equivocado, ya que quién garantiza que los niños también quisiera compartir con ustedes lo hagan así, además ellos se preguntarán ¿si sus padres pueden ver la TV, por que ellos no?, A esto debemos agregar el hecho agravante de que los impulsamos, inconscientemente, a desobedecer a los padres (viendo aquellos programas no autorizados por ellos).

"... Aun respecto a los padres se despierta un interrogante: ¿qué seguridad tienen de no terminar viendo otros programas? (hoy en día con la publicidad ya es más que suficiente) hasta que al final terminarán incluyendo más programas a la lista..."

"... Por otro lado, como padres siempre estamos alertas de que nuestros hijos no se vean influenciados negativamente por la calle, y sin darnos cuenta con la TV las estamos trayendo a nuestra propia casa..."

"... El pensar que uno es fuerte y puede evitar ser influenciado, es sólo una utopía..."

Para finalizar, Sr. Lector, me pongo en su lugar y lo veo ante un dilema. Por un lado, un renombrado especialista en el tema recomienda mantener la TV alejada de los niños, por el otro lado el Líder Espiritual más grande de los últimos tiempos, recomienda que ni siquiera la tengamos en nuestros hogares. Quizás en algún momento se pregunte: ¿Qué hace ese aparato todavía en el cuarto de mis niños?

Rabino Yosef Feigelstok

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