La parashá de esta semana se llama Ekev (dado que). Moshe continúa hablando al pueblo judío sobre cómo deben cuidar su relación con Di-s y dice, entre otros asuntos, que esa relación es beneficiosa para el ellos. Nuestros sabios dicen que la recompensa por la observancia de los preceptos (excepto contados casos) es en el Mundo por Venir. Ahora bien, la Torá misma no menciona al Mundo por Venir. Más aún, como podemos ver al comienzo de esta parashá misma, las bendiciones y beneficios de cuidar los preceptos de Di-s son materiales (ver Devarím 7:13). Hay quienes explican esta aparente contradicción diciendo que la Torá habla solamente del Mundo por Venir, es decir, cuando la Torá dice "Tierra", no se refiere a la tierra física que nosotros conocemos, sino a un nivel espiritual llamado tierra. La Torá habla directamente sobre los mundos supremos espirituales y nosotros derivamos enseñanzas y guías para este mundo material.

Sea como fuere, los beneficios de la observancia de la Torá no pueden medirse en forma individual, ya que cada persona tiene una opinión diferente sobre qué es beneficioso para él o ella. Debemos encontrar un parámetro común a todos los seres humanos que podamos decir que eso es beneficioso. Aún así, ese beneficio se expresa en forma diferente en cada persona.

Dicen nuestros sabios (Pirkei Avot 4:2): "La recompensa de una Mitzvá es una Mitzvá". Esta frase puede entenderse de varias formas. Podemos decir que cuando una persona cumple un precepto Divino, Di-s le da la oportunidad de cumplir otro, por eso, la recompensa de una Mitzvá, es otra Mitzvá.

Sin embargo, hay una explicación más profunda: la recompensa de cada Mitzvá, es la energía generada por esa Mitzvá, de dos formas: por un lado, la recompensa guardada para el Mundo por Venir, cada precepto es como una moneda colocada en un alcancía, que se acumula y, en el momento apropiado, rendirá sus frutos. Por otro lado, la energía generada por cada Mitzvá es la armonía entre el cuerpo y el alma: la recompensa de la Miztvá, es la Mitzvá misma, es la observancia misma la que trae paz y satisfacción al individuo. Este beneficio es algo tangible, práctico y real para la vida de todos los días. Por eso la Torá se llama Torá de Vida, porque es una enseñanza y guía para la vida cotidiana.

Ahora bien, alguien podría preguntar ¿qué armonía trae comer casher, u observar Shabat o colocar una mezuzá? Obviamente es una pregunta que surge de la inclinación al mal, o sea, una pregunta cuyo único objetivo es evitar siquiera probar... como dice el versículo (Tehilím 34:9) "Prueben y vean que Di-s es bueno" ¿Acaso se puede "probar" a Di-s? Evidentemente el salmista está diciendo prueben los preceptos de Di-s, y vean que Di-s es bueno.

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