Cuando Moshe creció y salió a recorrer la tierra de Egipto, encontró a un Egipcio golpeando a un hebreo y mató al Egipcio. Al próximo día vio "dos hebreos peleando", y le dijo al malvado "¿por qué golpeas a tu compañero?", le contestó el golpeador: "¿me vas a matar, como mataste al Egipcio?". Cuando Moshe escuchó esto "Moshe temió y dijo 'efectivamente, se supo el asunto'". La Torá continúa con que el Faraón escuchó sobre el incidente y buscó a Moshe para matarlo. ¿Por qué temió Moshe, no confiaba en que Di-s le ayudaría?El Midrash nos cuenta que "dos personas recibieron promesas de Di-s y sin embargo temieron: el más selecto de los patriarcas y el más selecto de los profetas." El más selecto de los patriarcas es Iaacov, a quien Di-s prometió "estoy contigo", y cuando llegó a su encuentro con Eisav, temió. El más selecto de los profetas es Moshe, a quien Di-s prometió "porque estaré contigo", y temió en su enfrentamiento con Og rey de Bashán, hasta el punto que Di-s mismo le dijo "no le temas".

Hay comentaristas que explican el Midrash en forma de alabanza hacia Iaacov y Moshe: la humildad de ellos era tan elevada, que pensaban que quizás algún comportamiento inadecuado de parte de ellos habría anulado la promesa de Di-s. Otros comentaristas explican en forma opuesta, que el Midrash nos trae estos ejemplos para mostrarnos en que forma no debemos comportarnos, porque lo apropiado es no temer, ya que uno debería "estar tranquilo y confiar en Di-s".

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cuál es el fundamento de la confianza en Di-s? ¿Acaso no es posible que realmente algún pecado haya anulado una promesa Divina? Más aún, cuando Di-s no habló con nosotros y no nos prometió nada en forma personal: ¿en base a qué podemos confiar en Di-s?

La respuesta reside en una historia del Tzemaj Tzedek, tercer Rebe de Lubavitch. Un judío suplicó frente al Tzemaj Tzedek para que despierte la misericordia Divina sobre un enfermo en peligro de vida, y el Rebe le contesto: "piensa bien, y estará bien". De su respuesta se desprende que el buen pensamiento mismo, la actitud positiva hacia el asunto, causa una buena consecuencia, una resolución de manera positiva.

En otras palabras, la confianza en Di-s en sí es un esfuerzo que la persona debe ejercer, de apoyarse y arrojar toda la carga en manos de Di-s, hasta el punto de no apoyarse y esperar ayuda de ninguna otra fuente excepto Él. Este esfuerzo se vuelve un recipiente para la bendición Divina, de manera de que Di-s sea bueno con la persona en forma revelada y práctica.

Cuando la persona confía realmente en Di-s y desde lo más profundo de su alma sólo se apoya en Él hasta el punto de no preocuparse en absoluto por las dificultades y los problemas, esto genera un efecto similar en Di-s, de manera de "hacer" que Di-s se comporte con uno de la misma manera, a pesar de que sin esta confianza la persona no hubiese sido merecedora de tal comportamiento Divino.

Esto es lo que la Torá nos enseña en nuestra parashá: precisamente porque Moshe temió cuando "efectivamente, se supo el asunto" y no confió en Di-s completamente, esto causó el mismo efecto en este mundo y el Faraón lo buscó para matarlo, hasta que se vio forzado a huir de Egipto. Si hubiese confiado absolutamente en Di-s, esa confianza misma hubiera causado que el asunto se olvidase y nada le ocurriese.

Lo mismo ocurre con nuestra confianza en la pronta redención, nosotros mismos podemos causar que la redención sea más rápida.

Adaptado de Shulján Shabat

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