La gente está sedienta de conocimiento. Ese es uno de los asuntos más interesantes de Internet, donde uno puede encontrar todo tipo de informaciones (aún aquellas no deseadas, por lo que debe ser sumamente controlado, tanto para niños como para adultos).

Al abrir un sitio en Internet (que ya funciona hace años) y poner una opción de "Preguntar al rabino", todo tipo de preguntas y cuestiones llueven. Lamentablemente uno no tiene el tiempo para dedicarse a cada cuestión como corresponde, pero algunas preguntas son interesantes y generales, que sirven para tener el enfoque adecuado hacia la Torá.

Un amigo me preguntó: ¿será que hay algo más en el texto del Tanaj (la Biblia) que simplemente un libro de historia? Porque le resultan muy extraños algunos eventos relatados.

Ahora bien, la pregunta es una buena pregunta y no queda solamente ahí. Uno de los principios fundamentales del judaísmo es que la Torá es Divina, es decir, que fue entregada por Di-s a Moshe en el Monte Sinaí en su totalidad. Aún los versículos que parecen superfluos, que no cambiarían en absoluto el curso de la historia si no estuviesen, son tan santos como el mismísimo Shemá Israel - Escucha Israel, Di-s, nuestro Señor, Di-s es Uno - que leemos esta semana en la Torá. Basados en esta idea, es claro que cada palabra debe tener una razón de ser, ya que Di-s no crea en Su universo nada en vano.

Nuestros sabios explican que la palabra Torá surge de la palabra hebrea horaá, que significa enseñanza. Es decir, la Torá no es solamente un libro de historias ni un texto arbitrario, donde, en algunos lugares, el autor "se fue de palabras", cuando podría haber resumido. La Torá es la guía por excelencia, es el mapa perfecto de un universo complejo, donde hay un punto de partida, un recorrido y un punto de llegada, donde el recorrido es difícil, a veces plano, a veces en bajada, a veces en subida, montañas, valles, ríos a cruzar por puentes angostos y todo tipo de terrenos. La Torá nos muestra el mejor camino para llegar.

Y lo hace a través de las historias de nuestros ancestros, que de sus aciertos y errores entendemos y aplicamos en nuestras propias vidas la conclusión que sacamos de ambos casos.

¿Podría haber sido de otra manera? ¡Claro que si!, pero Di-s eligió esa forma. Quizás para hacernos ver que ellos eran también seres humanos como nosotros y, sin embargo, aprendemos de ellos, porque si la Torá hubiese sido un simple código donde se dijese "Haz esto" y "No hagas aquello", podríamos haber pensado que es imposible, que nadie en la historia del mundo podría estar en un nivel espiritual tan elevado como para cumplir con todo lo que el código demanda. Por eso la Torá nos enseña con historias de seres humanos, hombres y mujeres con las mismas cualidades que nosotros. Y ellos lo hicieron... quiere decir que nosotros también podemos.

Nota: cabe aclarar que el Zohar, libro cabecera de la Cabalá, explica que quien dice que las historia de la Torá son simplemente historias sin un significado más profundo (una enseñanza) y sin un significado místico, es como quien se queda con un cuerpo sin alma, con un cuerpo muerto.

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