Lo que voy a escribir no tiene una relación directa con la sección de la semana de la Torá, ni con algún evento en particular de la semana, pero, sabemos que todo lo que ocurre en el universo es por Hashgajá Pratit - Providencia Divina - y ésta historia llegó a mis manos ésta semana. Hay muchos detalles en la misma que requerirían de hojas y hojas para ser explicados como se merecen (y muchos dejé afuera en aras de la sencillez), dejo a discreción de cada uno y cada una revisar las fuentes y hacer las preguntas pertinentes sobre aquellos asuntos que no se entiendan.

El tercer Rebe de Jabad, el Tzemaj Tzedek, tenía un jasid muy sabio, llamado Rabí Aizik de Homlin. Una vez lo envió a pasar un tiempo con otro Tzadik muy grande de Polonia, Rabí Israel de Ruzin, para ver cuáles eran sus costumbres y aprender de él.

Una vez, estando Rabí Aizik de Homlin frente a Rabí Israel de Ruzin, se acercaron dos jasidím muy importantes de éste último a pedirle a su Rebe que escriba una recomendación para sus respectivos libros de Torá que habían escrito.

El primer jasid era un rabino muy importante en su comunidad, un hombre sumamente sabio y profundo en sus estudios. El libro que traía era un libro de novedades que había pensado a lo largo de su estudios. El segundo era un jasid más sencillo, que había escrito un libro compilando diferentes historias de sabios que había escuchado.

El Rebe pidió a su secretario que lea algunas páginas de cada libro. El secretario leyó primero un párrafo del libro del gran rabino, y luego un párrafo del libro del jasid. El Rebe entonces, luego de unos momentos de profunda meditación, comenzó a hablar de la importancia de los cuentos e historias de nuestros sabios y santos maestros, para después dar un complejo discurso sobre el mismo tema del cual el secretario había leído del libro del gran rabino.

Rabí Aizik estaba sorprendido por la profundidad del comentario del Rebe sobre el libro del gran rabino, pero no entendía por qué Rabí Israel habló primero de las historias compiladas y luego del libro de novedades. Debería haber sido al revés, después de todo, se trataba de un gran rabino frente a un simple jasid, y de un libro con novedades propias frente a una compilación...

Más tarde Rabí Israel explicó: tu pregunta es una antigua pregunta, que Rashi (Rabí Shlomó ben Itzjak, padre de los comentaristas de la Torá) mismo menciona al comienzo de su famoso comentario a la Torá. Rashi pregunta: ¿por qué la Torá, siendo un libro de leyes, comienza con el relato de la creación? ¡Debería haber comenzado con la primer Mitzvá, en el libro de Shmot (el segundo libro de la Torá)! Y contesta su propia pregunta citando un versículo de los Tehilím: "La fuerza de Sus acciones transmitió a Su pueblo", etc..

Ahora bien, explicó Rabí Israel, las palabras "Sus acciones" en hebreo se escriben maasav, que puede traducirse también como "Sus historias". Esto quiere decir que Di-s mismo nos dice en el comienzo de la Torá que las historias de nuestros sabios y santos maestros son más poderosas que las leyes mismas, por lo que prefirió que aparezcan antes en el orden de las secciones de la Torá.

En otras palabras, una parte esencial y fundamental de la educación de nuestros hijos para que adquieran buenas costumbres y cualidades emocionales son las historias de nuestros sabios del Talmud y el Midrash, las historias de nuestros patriarcas y maestros ancestrales, de cómo ellos se comportaban, cada uno en su época y sus circunstancias de vida.

Estas historias plantan en los niños una sensación de elevación espiritual y definen cuál es el enfoque correcto hacia la vida y cuál es el modelo y ejemplo de vida a seguir, si el Tzadik de Ruzin o el goleador del último campeonato de fútbol...

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