Los espías que envió Moshe eran gente elevada espiritualmente "las cabezas de los Hijos de Israel". De aquí se desprende que su negativa a ingresar en la Tierra de Israel surgió específicamente por encontrarse en este alto nivel. Efectivamente, está explicado en la sabiduría jasídica que los espías querían evitar entrar en la Tierra de Israel porque querían quedarse en el "mundo espiritual" del estudio de la Torá, como vivían en el desierto, y no descender al "mundo de la acción" de la observancia de las Mitzvot prácticas en la Tierra de Israel.Sin embargo, esto mismo requiere de una explicación: ¿cómo puede ser que personas tan elevadas, líderes de tribus, se confundan en un asunto tan fundamental y no comprendan la suma importancia de la observancia de Mitzvot prácticas? ¡Toda la Torá habla de la importancia del cumplimiento de Mitzvot!

Debemos decir que los espías ciertamente sabían y entendían que es imposible satisfacerse sólo con el estudio de Torá y que es imperativa la observancia de las Mitzvot prácticas, sin embargo, de acuerdo a su opinión era suficiente con el cumplimiento de preceptos como era en el desierto. Para ellos no era necesario entrar en la Tierra de Israel e involucrarse en la vida mundana para cumplir con las Mitzvot relacionadas con la vida terrenal común, sino que era suficiente con las Mitzvot que se cumplían en las condiciones del desierto.

Aparentemente los espías eran completos en su nivel espiritual y en su estudio de Torá, sólo en el escalón de la acción no eran completos. Sin embargo, la verdad es que la falta en la acción prueba que su estudio de Torá tampoco era completo, dado que "no es el estudio lo principal, sino la acción".

Hay tres formas de comprender esta regla de que "no es el estudio lo principal, sino la acción". La primera es que la acción es "la prueba" de que el estudio fue apropiado de ser llamado estudio. En el mundo del intelecto puede haber lógicas opuestas y cuando el estudio es afín a la halajá - la ley judía - práctica, esto testifica que fue verdadero.

La segunda forma es que la completitud del estudio es cuando "el estudio lleva a la acción". Mientras la persona está ocupada con un razonamiento intelectual teórico, puede ocurrir que no se esfuerce lo suficiente para revisar que las lógicas utilizadas sean válidas y verdaderas; pero cuando sabe que de acuerdo a sus conclusiones racionales se definirán asuntos prácticos en la vida, la persona profundiza más en el estudio y es más cuidadoso para elegir las ideas adecuadas y absolutamente verdaderas.

La tercera forma, y la más elevada es que el "estudio" mismo "lleva" y se encuentra "en la acción". La idea intelectual penetra tanto en lo más interno de la persona hasta expresarse también en su comportamiento práctico. Por ejemplo, las palabras de Maimónides: "Así como a un sabio se lo reconoce por su sabiduría... así también tiene que ser reconocido por sus acciones, su forma de comer, etc.". La verdadera sabiduría significa un nivel que se unifica tanto con la persona hasta llegar a expresarse en todos los detalles de su vida.

En éste punto está oculta la falta de los espías. Ellos se encontraban en un nivel espiritual elevado, pero su estudio de Torá quedó en el "mundo espiritual" y no bajó a la acción. Si su estudio hubiese estado en el nivel más elevado y verdadero, hubiesen entendido que la completitud del estudio de Torá, los obliga a entrar en la Tierra de Israel, para que la Torá se exprese en la vida práctica y en la observancia de Mitzvot prácticas en la Tierra Santa.

Extraído de Shulján Shabat.

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