Dice el versículo de Mishlei 32:6: "Educa al joven de acuerdo a su camino, aún cuando envejezca, no se apartará de él".

Otra de las ideas encerradas aquí es al respecto del lenguaje. En el original hebreo dice "Janoj laNaar" - educa al joven - "al pi darco" - de acuerdo a su camino -. Sin embargo una traducción literal de la segunda parte sería "al pi" - en la boca - "darco" - su camino -.

Es decir, uno debe (aprender y) enseñarle a sus hijos a utilizar la boca - el habla - para solucionar los problemas con los cuales se enfrentarán en la vida. Que el camino de sus vidas sea el del habla, la conciliación pacífica de los conflictos.

Por supuesto, dentro del habla misma hay niveles, uno puede gritar, hablar alto o bajo, con tono enojado o feliz, con palabras "buenas" o con "malas palabras". Está en uno decidir cuál será el camino de sus hijos (y el suyo) en la vida al respecto del habla.

En hebreo, la Lengua Santa, los seres humanos somos llamados "min hamedaber" - literalmente, la especie hablante - porque tenemos la capacidad del habla, lo que no es el caso con el resto de las creaciones, que pueden tener códigos de comunicación, sonidos a través de los cuales identifican diferentes situaciones (de peligro, de alimento, etc.), pero no "hablan" como nosotros.

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