Cuando el alma se despierta, desciende como un fuego desde el cielo.

En un momento de sorpresa, descubrimos algo tan poderoso, tanto más allá de nuestro mismo ser, que no podemos creer que es parte de nosotros.

En realidad, nosotros somos parte de eso.

Etiquetas:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

uno × cinco =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.