Cuando los Hijos de Israel salieron de Egipto y llegaron al Mar de los Juncos (Iam Suf), ocurrió frente a ellos el milagro de la apertura del mar. En ese momento Di-s se reveló ante todos, al punto que cada uno pudo decir Éste es mi Di-s, y lo embelleceré"."La expresión este" indica que se trata de algo revelado y alcanzable. Sobre algo que vemos con los ojos podemos decir "este". Nuestros sabios nos cuentan que una de las diferencias entre Moshe, el padre de todos los profetas, y el resto de los profetas, es que Moshe profetizaba utilizando la expresión "este es el asunto que mandó Di-s", indicando un nivel de profecía elevado. En la apertura del mar, todos los judíos se encontraban en este nivel.

Nuestros sabios nos cuentan además que, en el momento del milagro de la apertura del mar, los niños "los reconocieron [a Di-s] primero". Aquellos niños que habían nacido y crecieron todas sus vidas en el difícil exilio de Egipto y no conocían otra forma de vida, sobre ellos está escrito "[Di-s] los alimentó con miel de la roca y aceite de la piedra". Di-s mismo se preocupó por mantenerlos y alimentarlos en el duro exilio de Egipto, frente a todos los decretos contra los niños judíos. Es por eso que, en la apertura del mar, ellos lo reconocieron primero.

Sobre la redención final está escrito que "así como en los días de la salida de Egipto, te mostraré milagros". La redención final es comparada con la redención de Egipto, lo que indica que ocurrirán milagros y maravillas como en aquella época, y mas grandes aún también.

En una época en que se están perdiendo los valores judaicos, debemos garantizar que nuestros hijos tendrán la herramientas que les permitirán afrontar exitosamente las dificultades de ser la minoría entre otros pueblos que tienen otras costumbres, y sin embargo conservar la identidad judía intacta.

La forma judía de lidiar con los problemas de la vida cotidiana es buscar en la Torá la solución para esos problemas.

Así como en Egipto, los niños que crecieron allí reconocieron a Di-s primero, así será ahora, los niños que nacieron y crecieron en el amargo exilio actual, en el final del exilio, antes de que comience a iluminar la redención (como es sabido, que antes de la mañana la oscuridad es más profunda), ellos tendrán el mérito e reconocer a Di-s primero.

Y aquí yace la enseñanza clara que extraemos de los niños que nacieron en Egipto. Allí ellos se alimentaron de "miel" y "aceite", que simbolizan los secretos de la Torá.

Cuando se trata de la educación y formación de los niños que reconocerán a Di-s primero en la redención final, no se pueden hacer concesiones. No puede quedar afuera ninguna parte de nuestra Torá Santa. No es suficiente ni siquiera con solo Torá Escrita y Torá Oral. Para educar a la generación que reconocerá a Di-s primero, es necesario incluir en el estudio la parte oculta de la Torá, la "miel" y el "aceite" de la Torá, la filosofía de la Cabalá y el Jasidut.

Basado en Likutei Sijot vol. 2, pág. 519

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