"Acá está", dijo el padre mientras le daba a su hijo un paquete. "lo hice especialmente para vos". El hijo abrió el paquete para encontrar un precioso saco. El tamaño, color y diseño eran perfectos. El hijo estaba muy feliz con el regalo y lo vistió orgullosamente. Siempre le recordaba cuánto su padre lo quería.
Un día el hijo arruinó el saco; no podía ser remendado. Con los ojos llenos de lágrimas y el corazón partido, se tornó a su padre. El cariñoso padre lo perdonó. Pronto le dio a su hijo un nuevo saco que era tan hermoso como el primero. El hijo estaba muy agradecido y fue cuidadoso con el regalo. No lo arruinó como el primero.
Pero el tiempo pasó y el segundo saco también se ensució y se rompió. El hijo estaba muy preocupado cuando vio que ya no podía ponerse el saco. "¿Cuántas veces me personará mi padre?", pensó.
"Tengo un tercer saco para vos", le dijo el padre luego de ver lo que ocurrió. "Pero esta vez, voy a esperar. No te lo daré hasta que estés listo para él- Mientras tanto, a pesar de que no puedes vestir el traje, te lo mostraré de tanto en tanto, para que veas lo que está esperándote".
Esta historia es una parábola. ¿Qué es el saco? ¿Quiénes son el padre y el hijo?
Rabí Levi Itzjak de Berditchev contó esta parábola en el Shabat anterior a Tishá BeAv - el nueve de Av- día de la destrucción del Primer y Segundo Templo de Ierushaláim. Jazón significa visión. HaShem, nuestro padre, le permite a Su hijo, el pueblo judío, mirar el saco, el Tercer Templo.
Así como el padre, HaShem está esperando a ver cuándo vamos a estar listos para recibir el regalo. Estamos preparándonos y al mundo a nuestro alrededor. Queremos que Mashíaj venga ya y construya el Tercer Beit HaMikdash - Templo. Debemos poner nuestro mejor esfuerzo para mostrarle a HaShem que estamos listos.
Extraído de Please tell me what the Rebbe says.