La fiesta que se acerca se llama Shminí Atzeret. La traducción literal es "El octavo; retención". ¡No hay que ir muy lejos para notar que no tiene mucho sentido!

Para poder entender el nombre de esta festividad y lo que representa, debemos pensar primero en la idea del octavo, por un lado, y de la retención por el otro.

El ciclo de una semana tiene 7 días. En hebreo los días se denominan rishón - primero, shení - segundo y así sucesivamente, simbolizando que, una vez terminado un ciclo, comienza otro nuevo "desde el comienzo", es decir, el nuevo "primer día" es como si no fuese una continuación del último shabat - es un nuevo ciclo.

Por eso, el número ocho representa aquello que trasciende los ciclos, aquello que está "más allá del sistema"

Por el otro lado, la idea de retención simboliza lo opuesto. Mientras que el ocho simboliza lo que está "más allá", la retención simboliza lo captable, lo que uno puede retener y hacer parte de su propia vida. En la comprensión humana está aquello que uno entiende - retiene - y aquello que no logra comprender y abarcar - lo trascendente, simbolizado por el número ocho.

La fiesta de Shminí - ocho - Atzeret - retención - simboliza la internalización de lo trascendental. El judío vive de esta manera, introduciendo al mundo que nos rodea de la trascendente presencia Divina, revelando en el mundo Su reinado y haciéndolo un lugar apto para Su morada, a través de santificar al mundo con la observancia de Mitzvot - preceptos.

Es mi deseo que este sea un año lleno de trascendencia y que la misma se exprese en lo aspectos más comunes de la vida, salud, sustento y felicidad.

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