Entre la cabeza y el corazón hay un angosto pasaje llamado el cuello.

Esto es una ventaja para nosotros, de modo que cuando el corazón se precipita frenéticamente por sus deseos y sus miedos, la cabeza puede aún observar desde su posición privilegiada sobre los rápidos y dirigir al corazón devuelta a su curso.

También es una desventaja para nosotros, porque la cabeza debe hablar muy alto y claro para hacerse escuchar por el corazón que se encuentra tan lejos abajo.

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1 comentario en «El cuello»

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