Este Shabat se denomina Shabat Najamú - consuelen. La razón es que este Shabat se lee, luego de la lectura regular de la Torá, una sección de los profetas que comienza Najamú, najamú ami... - consuelen, consuelen a mi pueblo...(dice Di-s a los profetas).

Inmediatamente luego del sufrimiento de Tishá BeAv - el 9 de Av, cuando ayunamos por la destrucción de los dos Templos y otras tragedias, Di-s nos consuela doblemente. Surge la pregunta: ¿por qué necesitamos un consuelo doble?

En el judaísmo todo puede observarse en dos dimensiones: la material y la espiritual. Tanto en el ser humano, como en los preceptos Divinos - las Mitzvot - como en las construcciones (como el Templo) existen estas dos dimensiones.

La verdadera plenitud de algo se logra al combinar estas dos dimensiones y llevarlas al máximo de sus capacidades. Un hombre no es solamente su cuerpo, una Mitzvá no es solamente la acción (aunque una acción sin sentimiento es válido como cumplimiento del mandato Divino y no viceversa - sentimiento sin acción) y un edificio no es solamente las paredes. Debe haber un alma, un sentimiento, una razón de ser.

Por eso, estando en el exilio, donde fácilmente nos confundimos y desviamos tras lo que nuestros ojos ven, el mundo material, Di-s manda a sus profetas a consolarnos doblemente, para enseñarnos una lección básica de judaísmo: forma (espíritu) y materia, deben utilizarse juntos en el servicio a Di-s y deben ser completos, plenitud a la que llegaremos con la venida del Mashíaj, pronto en nuestros días.

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