Nos encontramos ahora en los días que en hebreo se los llama Jol HaMoed, lo que significa los días mundanos de la fiesta. Existen diferentes niveles de santidad en los días del año que determinan el comportamiento en esos días específicos.

Jol significa mundano, los días comunes del año, en los cuales no hay ninguna festividad ni acontecimiento alegre. Generalmente se los identifica porque en el rezo se dice Tajanún (súplicas).

En los día comunes, hay días festivos, como cuando ocurre algún acontecimiento especial, como un Brit Milá. No deja de ser un día normal, pero en el rezo no se dicen súplicas, lo que lo marca como un día más alegre que los demás. Dentro de esta categoría estarían los días festivos particulares o propios de un grupo al cual uno pueda pertenecer, como, por ejemplo, el 19 de Kislev, día de la liberación del Alter Rebe (fundador del movimiento Jabad Lubavitch), en el cual los jasidím de ese grupo no dicen súplicas.

Después están los días comunes que el calendario marca, como el comienzo de cada mes. Su especialidad no está regulada por un evento personal o grupal, sino por la posición de ese día dentro del calendario judío.

Luego se encuentran los días comunes que nuestros sabios decretaron como días especiales, como Purim y Jánuca. Estos días tienen sus observancias particulares en forma de preceptos rabínicos (leer la Meguilá de Purim, encender velas de Jánuca, etc.). Aún así no pasan a ser días con la santidad de Pesaj u otro Iom Tov.

A continuación vienen los días intermedios de Pesaj y Sucot, días que no son totalmente mundanos (de hecho muchas actividades consideradas por nuestros sabios como mundanas está restringidas en esos días) pero tampoco son totalmente festivos.

Luego vienen los Iamím Tovím (Días festivos), Pesaj, Shavuot, Sucot y Rosh HaShaná, días que tienen leyes parecidas a las del Shabat, pero se puede cocinar y cargar en el dominio público, trabajos que la Torá permite esos días para aumentar en la alegría de los mismos.

Luego viene Shabat, un día de descanso, de ahí las restricciones que la Torá pone al día para que la persona realmente aproveche el descanso y reposición de energías.

Por último está Iom Kipur, un día llamado por la Torá el Shabat del Shabat, por encima del Shabat. Un día con una santidad tan profunda que la persona, para poder experimentarla, debe apartarse de todas las actividades mundanas, al punto tal que ni siquiera come y bebe...

Entonces, dentro de esta lista de diferentes santidades nos encontramos en Jol HaMoed, llegando cerca del Shabat dentro de Jol HaMoed. En todos los casos, en adición a la obvia observancia que cada día requiere, la persona debe aprender a sentir la santidad del día, a aprovechar estas oportunidades que el calendario nos da para reconectarnos con Di-s, o para darle una nueva forma y características a la ya existente conexión y ponernos en sintonía con las energía globales que gobiernan el tiempo.

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