El mes de Iyar (en el cual nos encontramos desde el lunes) tiene varias cualidades especiales, que lo destacan de los demás meses en forma particular.

Una de esas cualidades es que Iyar es un mes en el que cada día tiene su Mitzvá particular. en general, todos los días del año tienen sus Mitzvot diarias, obligaciones del hombre para con Di-s y del hombre para con su prójimo que uno debe cumplir todos los días, a pesar de que ya lo haya hecho el día anterior.

En este contexto, no alcanza con repetir la observancia del día anterior, sino que la misma Mitzvá que uno ya cumplió debe hacerse de una mejor manera cada día, como solían decir los jasidím, "mañana será mejor", es decir, mañana nos elevaremos más de nivel en la misma acción que estamos haciendo hoy.

A partir del segundo día de Pesaj y hasta Shavuot, contamos el Omer (como ya explicamos en alguna edición anterior). Pesaj cae en el mes de Nisan. Shavuot en el mes de Sivan. Iyar está entre Nisan y Sivan, lo que nos lleva a concluir que la Mitzvá de la cuenta del omer ocurre cada noche del mes de Iyar. Algunos días de Nisan, algunos de Sivan y todo Iyar. Cada día tiene su Mitzvá.

Otra de las cualidades del mes de Iyar es su fuerte conexión con la curación - refua.

Para ilustrar, una pequeña historia.

Hace un mes, mas o menos, recibí una llamada desde la ciudad de Santa Fe, donde el rabino de Jabad allí me comentaba sobre una pareja que tiene un hijo internado en el hospital de niños de La Plata. Al otro día fuimos con mi hijo Shloime a visitar. Dicen nuestros sabios que una visita a un enfermo le quita un sesentavo de enfermedad, siempre y cuando el visitado y el visitador tengan edades similares.

Resulta que el niño internado era un bebe de cuatro meses, con un problema cardíaco muy serio y muy poco conocido en el mundo. El bebe tenía que pasar por cuatro operaciones muy peligrosas para poder llevar una vida normal. La primera ya la había pasado, y estaba preparándose para la segunda en algún tiempo.

La visita fue muy conmovedora, luego nos vimos en un Cabalat Shabat, pero después perdimos el contacto.

El domingo pasado a la noche recibí otra llamada. Esta vez era desde La Plata, pero desde un celular de Santa Fe. Silvia, la abuela de niño, me decía que el bebe estaba internado por una descompensación, y había que hacerle un cateterismo que nunca se había hecho en un bebe tan pequeño con éxito. Y si esta operación salía bien, inmediatamente, sin siquiera salir del quirófano, había que hacerle la segunda de las cuatro operaciones, para la cual no estaba realmente listo.

Ella me pedía que rece por él. Si bien tenían esperanza y expectativas, las probabilidades eran pésimas... nunca se había hecho en la historia de la humanidad con éxito...

¿Nu? ¿Entonces? Le expliqué a la abuela dos cosas:

1)El mes de Iyar (en el cual ya nos encontrábamos por ser la noche de Rosh Jodesh) es el mes de la curación: la palabra Iyar se escribe alef - iud - iud - reish, las mismas letras que el versículo de la Torá que dice "Yo soy Di-s, tu curador" (ani hashem rofeja).

2)Le pregunté si había escrito una carta al Rebe, y le expliqué el concepto de esta milenaria costumbre de pedir la bendición de un Tzadik, un hombre justo y cómo debía proceder para hacerlo.

De más está decir que el niño pasó las dos partes de la operación, que Iyar es realmente el mes de curación y que el Rebe es nada más y nada menos que El Rebe, es decir, la cabeza del pueblo judío, que piensa y se ocupa de cada judío y judía, hasta en los lugares más recónditos de la tierra, como un viejo hospital de niños en La Plata, donde un bebe de cuatro meses de la ciudad de Santa Fe lucha con su corazoncito para vivir y decir "Que todo lo que tiene alma dentro Te Alabe Di-s".

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