La sección de esta semana, Mishpatím (reglas), contiene cincuenta y tres preceptos, muchos de los cuales ocupan unos pocos versículos de la Torá Escrita y varias páginas de Torá Oral. Si bien muchos de esos preceptos no se aplican hoy en día, por falta de un juzgado superior (Sanhedrín), o de un Templo en Ierushaláim, o diferentes condiciones, sin embargo, es sabido que todas las Mitzvot tienen una contraparte espiritual eterna, es decir, que se aplica y se puede aprender de ella aún cuando la contraparte material y práctica no sea puede llevar a cabo.

La Torá dice (Shmot 23:5): "Cuando veas el burro (jamor) de tu enemigo (sonaja) esforzándose bajo su carga, [¿acaso] evitarás ayudar[lo?] Ayudarás con él", de donde aprendemos los preceptos positivos de ayudar a descargar y cargar un animal que ande cargado con objetos de otra persona. El Talmud se encarga de desmenuzar estos versículos y darnos todos los detalles de cómo deben observarse estos preceptos. Esa es la contraparte material.

La contraparte espiritual (y eterna) de este versículo nos da una idea de la relación del cuerpo y el alma en el judaísmo.

En general hay tres formas de ver esta relación:

1) El cuerpo es algo despreciable, mundano y ordinario, por lo tanto debe ser forzado y quebrado, para que florezca el alma, la parte positiva de la persona. Esa es sabiduría del Musar

2) El alma debe ser elevada y fortalecida, es decir, se debe enfatizar en la superioridad de la forma por sobre la materia, sin darle en absoluto importancia lo que ocurra con el cuerpo. Esta es la sabiduría de la Jakirá.

3) El cuerpo y el alma son un conjunto a través del cual se llega a la realización del objetivo de la vida, es decir, cada uno tiene sus virtudes y a través de la combinación de ambos, el refinamiento y la elevación de ambos, que el Hombre cumple con su razón de ser. Esta es la sabiduría del Jasidut.

En virtud de esta breve explicación de la idea del Jasidut, el Baal Shem Tov, fundador del Movimiento Jasídico, explicó nuestro versículo de la siguiente manera:

"Cuando veas tu materialidad (jomer en lugar de jamor) [y pienses que] te odia (sonaja, como en el original, pero con otro contexto) esforzándose bajo su carga (es decir, que le cuesta seguir el ritmo del alma, le es difícil al cuerpo la observancia de Mitzvot en general, u observarlas con alegría y buen corazón) [¿acaso] evitarás ayudar[lo?], Ayudarás con él".

La idea es que no se requiere de la persona que quiebre su cuerpo, sino que lo refine y utilice en el servicio a Di-s. Debe ayudarlo a estar a la par del alma y poder ser el conducto apropiado a través del cual el alma revele a Di-s en la Tierra.

¿Y cómo se ayuda al cuerpo? Estudiando Torá. Por varias razones, pero la más simple es porque la Torá es la herramienta a través de la cual el alma puede explicarle al cuerpo lo bueno de la Torá y las Mitzvot y de Di-s en general.

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