Dijo Rabí Ioshúa ben Janania: "Una vez un niño me superó". "Estaba viajando y me encontré con un niño en una encrucijada. Le pregunté, '¿cuál es el camino a la ciudad?' y me contestó: 'Este camino es corto y largo, y éste es largo y corto'."

"Tomé el camino 'corto y largo'. Rápidamente vi la ciudad, pero la entrada estaba obstruida por jardines y plantaciones. Entonces volví sobre mis pasos y le dije al niño: 'Mi hijo, ¿acaso no me dijiste que ese era el camino corto?'. El niño contestó: '¿Acaso no te dije que también es largo?' (Talmud Eiruvín 53b).

Esta historia es la base del libro Tania, escrito por Rabí Shneur Zalman de Liadí (1745-1813), fundador del Movimiento Jabad Lubavitch, sobre quien festejamos este domingo su liberación de la cárcel de la Rusia zarista.

Ahora bien, hay muchas formas y enseñanzas para extraer de la historia misma y del libro entero, por supuesto, pero creo que es adecuado pensar en algo que ciertamente tiene relevancia en nuestra comunidad, en La Plata.

Existen dos cuestiones en cada cosa: la interna y la externa. La interna es su esencia misma, su razón de ser, el motor de su existencia, mientras que la cuestión externa es su expresión frente a los demás , su interfaz con el mundo, como si fuesen las herramientas necesarias para poder llegar a la realización de la cuestión interna.

Por ejemplo, cuando una persona desea una casa, ese el motor de un sinnúmero de acciones secundarias necesarias para lograr el objetivo, como ser comprar un terreno, llamar a un arquitecto, decidir planos, distribución, calidad de materiales, etc. Sólo cuando la casa está lista y terminada que realmente se cumplió el objetivo inicial y más profundo en el deseo de la persona.

Así también en una comunidad. Hay una cuestión interna y una externa. Para llegar a la cuestión interna se debe transitar un camino largo y corto. Largo en términos de esfuerzo, tiempo, trabajo y otras cosas, mientras que corto en términos de que los resultados son los deseados y buscados inicialmente.

Sin embargo, cuando se transita el camino corto y largo, parece como que se llega a resultados satisfactorios rápidamente, sin demasiada inversión de ningún tipo. Pero, en realidad, es un camino largo, donde nunca se llega al objetivo y uno se pierde en "jardines y plantaciones".

Debemos plantearnos claramente y honestamente cuáles son los objetivos y cuál es el camino largo y corto a transitar, cuáles son las cuestiones internas realmente importantes y cuáles las externas, secundarias y circunstanciales, no fundamentales.

Se habla en La Plata de dos escuelas, una para solventar a la otra, pero nadie se pregunta si se podría mejorar lo que ya existe... Si la cantidad de alumnos viene decreciendo hace muchos años, ¿será que se transita por un camino corto y largo?

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