Después de hablar de las dos almas que el judío tiene, de sus “Herramientas” (Intelecto y Emociones), de sus “Vestimentas” (pensamiento, palabra y acción) y lo que hacemos con ellas, ahora el Alter Rebe explica qué pasa dentro de un judío con todo esto junto.

A pesar de que estas dos almas son espirituales (no podemos verlas ni tocarlas), trabajan dentro del cuerpo “viviendo” en ciertas partes para que el cuerpo actúe como ellas quieren.

La “casa”, o sea, el lugar donde “vive” el Alma Animal en el cuerpo, es el lado izquierdo del corazón, y de ahí manda órdenes a todo el cuerpo, inclusive al cerebro, para que piense en las cosas que ella quiere hacer, decir y pensar.

La “casa” del Alma Divina es el cerebro en la cabeza y de ahí manda órdenes a todo el cuerpo, incluyendo el lado derecho del corazón.

(El corazón es hueco. Tiene dos partes principales: el ventrículo derecho, lleno de sangre que fue usada por las células y va a los pulmones para volver a oxigenarse.

El Alter Rebe llama a este lado, “vacío de sangre”, porque es sangre que no puede llevar más oxígeno al cuerpo y necesita renovarse. Y en el corazón, además, está el ventrículo izquierdo, lleno de sangre ya oxigenada por los pulmones, lista para ser llevada a todo el cuerpo. El Alma Animal “vive” en el lado izquierdo del corazón, mientras que el Alma Divina se revela en el lado derecho del corazón, “vacío de sangre”).

Un ejemplo de cómo funciona el Alma Animal: una persona se enoja porque se imagina o recuerda algo, o porque alguien le hizo algún daño. Ese sentimiento de enojo viene del Alma Animal que “vive” en el lado izquierdo del corazón. De ahí se esparce a todo el cuerpo, incluyendo la mente: la persona puede pensar sobre su enojo, poner caras feas por el enojo, decir cosas desagradables, o hacer cosas desagradables, Di-s libre y guarde.

El Alma Divina “vive” en el cerebro. Este alma usa las “Herramientas” del Intelecto para pensar en Hashem, por ejemplo. De ahí se esparce esa idea al resto del cuerpo para decir algo (por ejemplo un salmo) o hacer algo (por ejemplo una Mitzvá). También llegan las ideas del Alma Divina al lado derecho del corazón, haciéndonos sentir, por ejemplo, amor y temor a Hashem.

En resumen: el Alma Animal “vive” en el lado izquierdo del corazón y manda su información al cerebro, de abajo hacia arriba. El Alma Divina “vive” en el cerebro, y manda su información al lado derecho del corazón, de arriba hacia abajo.

Entonces el Alter Rebe explica cómo interactúan estas dos almas con un ejemplo: hay una ciudad por la cual dos reyes están peleando a fin de gobernarla. Cada uno quiere gobernarla, entonces, cada uno dirá que él es el rey y por lo tanto, todos deben obedecerle.

Los dos reyes son las dos almas. La ciudad es el cuerpo. El Alma Divina quiere ser el único gobernante, de manera que todo el cuerpo la escuche y use su Intelecto solamente para pensar en Hashem y la Torá, sienta solamente amor y temor a Hashem (y no amor a otras cosas, como torta…) y haga solamente Mitzvot.

También quiere que el Alma Animal le obedezca, hasta dominar y transformar cada parte y detalle del Alma Animal para que trabajen exclusivamente en función de Hashem.

Pero… ¡El Alma Animal también quiere lo mismo! Ser el único gobernante, controlar todo el cuerpo y que la obedezcan. Siempre están peleando…

La verdad es que Hashem nos dio el “otro rey”, el Alma Animal, para hacernos más fuertes. Es como un profesor que da tareas cada vez más difíciles con la idea de que aprendamos más, que nos superemos y revelemos nuestro verdadero potencial. Podemos pensar que el profesor es malo, y está en contra de nosotros, pero, en realidad, sólo está cumpliendo su trabajo de hacer que aprendamos más y que seamos más fuertes en esa materia que él enseña.

Lo mismo pasa con el Alma Animal: su tarea, dada por Hashem, es hacerle las cosas difíciles al Alma Divina, para que ella se supere, crezca y revele su verdadero potencial.

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