Estamos casi en la fiesta de Sucot. Es una de las fiestas que resultan más interesantes en el judaísmo, ya que cada uno de los sentidos es estimulado por alguna Mitzvá o parte de una Mitzvá: el olfato, gusto y tacto con las cuatro especies vegetales (Etrog, Lulav, Hadas y Aravá), el oído con el susurro del Lulav al sacudirlo y la visión con las cuatro especies y la Sucá. Más aún la Sucá (una cabaña temporal) envuelve a la persona por completo, siendo la única Mitzvá que involucra a todo el cuerpo a la vez, ya que uno se introduce en la Sucá por completo.

En la Torá, entre los versículos que definen la fiesta y sus leyes se encuentra uno con una sintaxis algo curiosa: las palabras que lo comienzan y lo terminan son capicúa (al menos la traducción, en el hebreo sólo difiere una letra). El versículo dice (Vaikrá 23:42): "En Sucot (cabañas) se asentarán por siete días, todos los individuos de Israel se asentarán en Sucot". Sabemos que la Torá es exacta y precisa, ¿por qué repite las mismas palabras pero al revés?

Algo similar ocurre con las palabras de nuestros sabios en la Etica de Nuestros Padres, cuando dicen (3:17): "Si no hay temor, no hay sabiduría, si no hay sabiduría no hay temor". Parece una paradoja, pero la explicación simple es que hay dos niveles de temor, el básico y el avanzado. El nivel básico de temor lleva a la persona a obtener el nivel de sabiduría necesario para llegar al segundo nivel de temor.

Podríamos decir que en el caso de la Sucá ocurre algo similar. La Sucá rodea a la persona por todos lados. Esto representa aquello que nos trasciende y afecta a todo nuestro ser por igual. En las cualidades del alma sería la fe. Es una fuerza que imbuye todos los detalles de la vida de la persona y la trasciende, es decir, puede llevar a la persona a hacer cosas que su intelecto dictaría no hacer, pero la fe va más allá de lo racional y lo supera.

Sin embargo, el versículo dice "En Sucot se asentarán". La idea conceptual de asentarse es incorporar internamente algo, de manera que se "asienta" dentro de uno, se vuelve parte comprensible y racional de uno mismo, como el intelecto. Siendo así: ¿cómo se puede internalizar aquello que esencialmente es trascendental? ¿Cómo se incorporan asuntos supeditados al campo de la fe en el mundo racional?

De esto se trata toda la fiesta de Sucot. A través de la observancia de los diferentes preceptos de la fiesta y la meditación en cuán vulnerables somos, cuán temporaria es nuestra vida y aquello en lo que nos apoyamos, se eleva la fe en Di-s hacia nuevos niveles antes impensables. Aquello para lo que la persona anteriormente recurría a la fe para hacerlo, pasa a ser parte comprensible y racional de su existencia.

Y esto mismo hace que la parte capicúa del versículo se cumpla también: "se asentarán en Sucot", es decir, a través de la alegría y los bailes de Sucot la persona deja de lado la frialdad de lo racional (o desde otro ángulo, la persona deja de servir a Di-s porque tenga sentido y entienda lo que hace) y se introduce en el mundo la entrega incondicional a Di-s, regocijándose con la alegría de Di-s Mismo.

A gut Iom Tov,

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