El libro de los salmos es un compañero especial de todo ser humano: expresa los sentimientos más profundos de petición, agradecimiento, alabanza, consuelo y vínculo con el creador. Muchos de los versículos de los salmos fueron incluidos por nuestros sabios en las plegarias diarias.

Hay quienes identifican cada salmo con una energía determinada, pero la verdad es que todos ellos son extremadamente poderosos para revelar y desarrollar la relación entre el hombre y el Creador.

Los mismos están divididos en diferentes grupos: por libro, por día de la semana y por día del mes. Se recomienda leer cada día los salmos que corresponden a ese día del mes.

A continuación, un resumen de la introducción de algunos comentaristas clásicos al libro de Tehilím.

Introducción de Ibn Ezra (España, 1092-1167):

Hay 2 opiniones respecto a la identidad del autor del Tehilím:

1) El Tehilím fue escrito por rey David. Como fue escrito con profecía, hay veces en que el rey David habla sobre eventos que todavía no habían ocurrido, como el exilio de Babilonia. Y los salmos que son cantados por otras personas, como Iedutún, en realidad fueron compuestos por el rey David.

2) No hay un solo autor, son varios autores diferentes. Por eso encontramos salmos que empiezan con los nombres de David, Asaf, Iedutún y otros más.

El Ibn Ezra mismo dice que él opina como la primer opinión, es decir, que todos los Tehilím fueron escritos por el rey David.

Introduccion del Radak (Rab David Kimji – Provenza, 1160-1235):

Los salmos son las plegarias y cantos de 10 autores diferentes que el rey David, con inspiración divina, compiló en los Tehilím. Los 10 autores son: 1. El primer hombre (Adam Harishón), 2. Malkitzedek, 3. Asaf, 4. Avraham, 5. Heiman, 6. Iedutún, 7. Moshe y los 3 hijos de Koraj: 8. Asir, 9. Elkana y 10. Aviasaf. En los salmos que no tienen el nombre de autor, el autor es el rey David.

También hay en los salmos 10 expresiones diferentes de alabanza y agradecimiento a Dios: 1. Nitzuaj (Victoria, se refiere al futuro), 2. Nigun, 3. Shir, 4. Zimra (3 formas diferentes de canto. Cuando dice Nigun se refiere al futuro), 5. Halel (Alabanza), 6. Haskel (se refiere que fue dicho con a través de un traductor), 7. Tehila (Otra forma de alabanza), 8. Tefila (Plegaria), 9. Braja (Bendicion) y 10. Hodaa (Agradecimiento).

Como fue mencionado antes, el Tehilím fue escrito con “inspiración divina”. ¿Cuál es el significado de este concepto y la diferencia entre inspiración divina y profecía?

En general, la profecía era una visión que el profeta tenía, a veces se le explicaba el significado de la visión junto con ella, y a veces no. Cuando un profeta recibía una profecía, perdía el control de su cuerpo y hacia cosas locas, por lo que se le llamaba “Meshuga” (loco).

Inspiración divina es cuando Dios se inviste en el habla o pensamiento de una persona de tal manera que la persona puede saber el futuro y otras cosas ocultas. Esta inspiración divina es un nivel inferior a profecía por lo que no es una visión, solamente un pensamiento o habla y tampoco hace perder los sentidos, la persona sigue en control de su cuerpo.

Los Salmos se cantaban en el templo para diferentes eventos pero hoy en día no conocemos la melodía que usaban ni los instrumentos que acompañaban el canto.

Shnei Lujot Habrit (Ishaia Horovitz – Praga, 1555-1630):

Quien desea apegarse a Dios y decir sus alabanzas debe apegarse al Sefer Tehilím, como cuentan nuestros sabios, que el rey David le pidió a Dios que sus salmos se lean en todas las sinagogas y casas de estudio. Esto es porque no tenemos nada superior al Tehilím que esta lleno de cánticos, alabanzas y peticiones de perdón a Dios escritas con inspiración divina.

Esta idea del poder de los Salmos se puede ver en la palabra Mizmor (una de las 10 palabras que dan comienzo a los salmos). La traducción más común de Mizmor es cántico, pero otra traducción de Mizmor es “cortar”, esto quiere decir que los salmos “cortan” los malos decretos de Dios (por esta razón se dicen salmos en el rezo, para cortar todas las malas acusaciones y permitir que el rezo suba en forma plena a Dios). Por esto es que los salmos son apropiados para cualquier momento y situación de alabanza o agradecimiento a Dios.

Tzemaj Tzedek (Menajem Mendel, tercer Rebe de Jabad, Lubavitch, 1789-1866):

“Si nosotros supiéramos el poder que tienen los salmos en el cielo, estaríamos todo el día recitando Salmos”

Historia del Baal Shem Tov (Israel Baal Shem Tov, fundador del movimiento Jasidico, Polonia 1698-1760):

El Baal Shem Tov solía recibir todas las semanas muchos invitados para Shabat. Una semana, entre los invitados de Shabat, vinieron muchas personas simples, gente que no eran como los grandes y sabios estudiantes del Baal Shem Tov, sino que eran gente más simple y con menos conocimiento de Tora y Jasidut.

Para la sorpresa de los alumnos, en la cena de Shabat, el Baal Shem Tov le rindió grandes honores, respeto y atención a estos invitados simples que, según los alumnos, no se lo merecían. En el almuerzo del día siguiente, al cual solamente estaban invitados los alumnos, el Baal Shem Tov sintió que sus alumnos todavía estaban pensando en los honores y respeto que el maestro le había mostrado a la gente simple la noche pasada.

Entonces el Baal Shem Tov le pidió a sus alumnos que se den las manos formando un circulo alrededor de la mesa y que cierren los ojos. De repente los estudiantes escucharon unos salmos riendo recitados con cánticos y alabanzas dulces y hermosos de deleite, mezclados con voces de suplicas que hacían temblar el alma. Uno cantaba y decía “¡Oi Ribono Shel Olam! (Maestro del mundo), ¡Dijiste que tus palabras son puras como plata refinada 70 veces!”, otro suplicaba “¡Oi Ribono Shel Olam! Dios, con gracia, pruébame! Refina mis riñones y mi corazón! (riñones hace referencia a los pensamientos de la persona)”, otro pedía “Querido padre! Ten gracia de mi porque en ti confía mi alma y en la sombra de tus alas me resguardo hasta que pasen los momentos difíciles”. Otro decía “¡Padre que estas en los cielos! ¡Que se levanten y se vayan los enemigos de Dios!”. Otro gritaba con una voz amarga “¡Querido padre! ¡También el ave salvaje encuentra una casa, tus polluelos (nosotros) bebimos de tu altar, Dios de las huestes, mi rey, mi Señor!”, otro suplicaba y decía “¡Cariñoso padre! Haznos retornar, Dios de nuestra salvación y quita el enojo de nosotros”.

Todo esto los estudiantes del Baal Shem Tov escucharon cuando estaban tomados de las manos con los ojos cerrados. Cuando abrieron los ojos, todos los alumnos estaban temblando de emoción por las suplicas y cantos que escucharon. Entonces el Baal Shem Tov les explicó, que esos salmos que escucharon, son los que la gente simple esta recitando en la sinagoga, estos salmos rompen los cielos y llegan directamente a Dios.

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