La sección de esta semana se llama Noaj (Noé). La ocurrencia principal (considerando la cantidad de versículos que ocupa en relación a las otras cuestiones de la parashá) es la historia del Diluvio.

En resumen, la gente y los animales se portaban mal, Di-s envió un diluvio que eliminó todo vestigio de vida sobre la tierra, de lo cual se salvan sólo Noaj y sus tres hijos (Shem, Jam y Iafet) junto con la esposa de Noaj y sus tres nueras. Luego ellos fundan nuevamente la humanidad, previo juramento Divino de no enviar nunca más un diluvio sobre toda la tierra.

Una lectura superficial nos llevaría a pensar que el diluvio fue un castigo por el mal comportamiento. Como quien diría, ¡borrón y cuenta nueva! Sin embargo, el diluvio está relacionado con un proceso de purificación de la tierra. De hecho, nuestros sabios dicen que hasta tres puños (tefajím) de la tierra fueron borrados junto con los habitantes, purificando hasta la tierra. En apoyo de esta relación está la idea de que una Mikve (baño ritual) debe contener como mínimo 40 sea (una medida de aprox. 900 litros de agua) y esto se corresponde con los 40 días y noches que duró la lluvia sobre la tierra.

Ahora bien, sabemos que la Torá es un libro de enseñanzas para la vida cotidiana, por lo que debemos encontrar una aplicación moderna de esta historia. Una posible forma de verlo es que el diluvio representa las dificultades de cada uno para obtener su sustento. Las preocupaciones y maquinaciones que circulan por la mente de las personas, estresándolas e impidiéndoles disfrutar de la vida en busca del sustento necesario (o peor, de más dinero por el hecho de tener más dinero). Como el diluvio, que arrasa con todo, de la misma forma, la alocada carrera por sobrevivir económicamente, si no es frenada a tiempo, puede arrasar con familia, amigos y hasta con el individuo mismo.

Sin embargo, de acuerdo a la idea de que el diluvio fue un proceso de purificación, surge que las dificultades relacionadas al sustento son positivas... Así como el diluvio purificó la tierra y sus habitantes, su contraparte espiritual moderna purifica a la persona... ¿qué quiere decir esto?

Todo escollo que la persona encuentra en su vida, en relación a sus asuntos materiales y, cuánto más aún en relación a sus asuntos espirituales, es una oportunidad de crecimiento personal, planeada y ejecutada por Di-s, Quien a través de sus muchos enviados se la presenta a la persona, para que ésta extraiga desde su interior su verdadero potencial.

Todos tenemos dentro nuestro un tesoro invaluable de fuerzas intelectuales y emocionales, de capacidades extraordinarias, cada uno según su nivel y circunstancia, pero muchas veces no lo utilizamos, por diversos motivos, internos y externos. El servicio a Di-s consiste en darse cuenta de esa capacidad innata, revelarla, y utilizarla para un motivo Divino. Esa es la idea del diluvio como agente purificador: un catalizador de oportunidades y un revelador de potenciales esenciales ocultos.

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