Cuando todo empezó, el cielo era aquí en la tierra.

Este mundo físico y ordinario, más que cualquier otro de los elevados mundos espirituales, era el lugar donde la verdadera esencia de la luz infinita de Dios se encontraba.

Pero la humanidad, paso a paso, pecho a la presencia de Dios de su casa, con el árbol del conocimiento, con un hombre que mató a su hermano, con todas esas cosas que los humanos hacen...

Por cuánto es la humanidad la echó, solo la humanidad la puede traer de vuelta. Y eso comenzó con Avraham, quién proclamó la unicidad de Dios en todo el mundo.

Y termina con nosotros. Nuestra generación traerá el cielo de vuelta hacia la tierra.

Etiquetas:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diecisiete − diecisiete =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.