¿El título suena loco, verdad? Hay que aprender un poco de matemática. Sin embargo, para entender el significado de una ecuación de este tipo, debemos analizar un poco la forma en que las enseñanzas de la Torá funcionan.
En general, cuando uno tiene un cuestionamiento sobre un tema y luego encuentra la solución, el cuestionamiento queda anulado. Ya no hay pregunta, sólo queda la respuesta y continuar avanzando en el desarrollo del tema.
Pero en Torá no es así. Un cuestionamiento en la Torá es tan Torá como la respuesta. Es decir, si la Torá es verdadera y eterna, cada parte de ella, incluso las preguntas, deben serlo, porque si no nos encontraríamos con una Torá "medio verdadera", cosa que no tiene sentido.
Siendo así, entendemos que aún encontrada la respuesta a un cuestionamiento, la pregunta sigue siendo válida. Ahora nuestra ecuación tiene sentido: -1 es un cuestionamiento. 1 es la respuesta. 0 es la resolución de un conflicto. Veamos ahora la ecuación: "pregunta" + "respuesta" = "resolución" y "pregunta". La pregunta continúa siendo una pregunta de acuerdo a la Torá.
En la sección semanal leemos la respuesta de Di-s a la pregunta de Moshe "¿Por qué has hecho mal con esta gente?". Di-s dice, básicamente, que va a estar todo bien y que sacará a su pueblo de Egipto con grandes milagros y maravillas. Sin embargo, aún dada la respuesta, la pregunta sigue siendo válida.
Aprendemos de esto que en la vida del judío hay dos "movimientos": por una lado, una fe absoluta en la bondad Divina y que todo va a estar bien. Di-s es el que maneja todo; por el otro lado, uno debe cuestionarse las cosas y pedirle a Di-s que sea bueno con nosotros en forma revelada e inmediata. No es una contradicción, sino que se trata de expresiones de diferentes cualidades del alma judía (fe e intelecto).
A pesar de que Di-s tiene sus tiempos para traer la Redención Final, es nuestro derecho (y deber) exigir que sea rápido en nuestros días, ¡Queremos Mashíaj YA!